El Derecho de Autor en la industria de los livestreamings

image

El livestreaming existe desde hace años. Las ya difuntas Meerkat y Periscope, así como Facebook Live, Instagram Live, YouTube, Twitch, son las plataformas sociales más populares actualmente para que cualquier persona, usuario o artista, pueda transmitir directamente desde sus teléfonos, desde cualquier lugar a cualquier hora. 

Sin embargo desde que irrumpió la pandemia del Covid-19 a principios de 2020, el livestreaming ha pasado de ser una herramienta ocasional de marketing a convertirse en uno de los pilares fundamentales en la carrera de algunos artistas, los cuales vieron mermada su capacidad de generar ingresos al no poder salir de gira.

El auge gigantesco del livestreaming de conciertos ha generado rápidamente toda una economía a su alrededor.  En septiembre de 2020 la plataforma de música dance y electrónica Beatport y Twitch, propiedad de Amazon, firmaron un acuerdo para livestreamings que permitió a Beatport transmitir programación musical exclusiva a su canal oficial de Twitch. 

Mas tarde en noviembre se anunciaba la llegada de Bandcamp Live, una nueva funcionalidad dentro de Bandcamp que permite a los artistas actuar en línea y vender tickets para acceder a sus actuaciones. Con este servicio, los artistas también pueden mostrar su música y merchandising junto con su livestreaming, a través de la mesa de merchandising virtual de la herramienta. 

El pasado mes de diciembre el concierto vía Livestreaming «Studio 2054″ de Dua Lipa atrajo la impresionante cifra de más de 5 millones de visitas globales, un auténtico récord para un livestreaming de pago, cuyas entradas tenían un precio de £8.99, y reportó unos ingresos de brutos de £2.4 millones como mínimo, según Music Ally.

En enero de este año, Live Nation adquirió una participación mayoritaria en la plataforma de livestreaming Veeps, sugiriendo que este formato no solo ha representado una alternativa para seguir a flote durante la pandemia, sino que tiene potencial de integrarse en la experiencia de la música en directo cuando todo vuelva a la normalidad. 

Sin embargo, un tema poco tratado dentro de lo que es esta naciente economía son los derechos de autor pertinentes a este formato. 

Cuando un artista decide hacer un livestreaming de una presentación en vivo, se generará un copyright por presentación pública, de la misma manera en que ese copyright se genera cuando la actuación ocurre en un local o sala de su ciudad. El recinto tiene que tener licencias con las sociedades de gestión en vigor para que éstas puedan recolectar los pagos y consecuentemente pagar a los artistas, pero ¿qué sucede cuando el recinto es virtual?

Las plataformas digitales más grandes ya cuentan con este tipo de licencias, pero por ejemplo, si un artista independiente decide incluir un cover de otro artista en un livestreaming via Bandcamp, se genera una gran duda, pues Bandcamp ha incursionado recientemente en este formato para apoyar a los artistas, pero no es una plataforma de streaming, por lo tanto no cuenta con estas licencias. 

Otra cara del livestreaming relacionada con la música es la que concierne al mundo de los videojuegos. La plataforma Twitch ha recibido decenas de miles de notificaciones de infracción de derechos de autor, tanto de discográficas como de editoriales, ya que la plataforma no se ha molestado en negociar con los titulares de derechos para adquirir las licencias necesarias y así permitir que sus usuarios puedan subir videos de sus partidas con sus canciones favoritas de soundtrack.

La solución que ha optado por aplicar es la de eliminar todo el contenido infractor, enfureciendo a sus usuarios quienes han perdido videos con millones de vistas. Siendo que Twitch es propiedad de Amazon, está claro que la negativa a adquirir estas licencias no corresponde a una falta de liquidez.

Este interesante tema y todas sus ramificaciones serán uno de los ejes centrales de la próxima edición de BIME PRO, a celebrarse en Bilbao los días 27, 28 y 29 de Octubre. Para conocer más sobre el programa, suscríbete a nuestra newsletter y visita la web de BIME.