¿Quién debería ser dueño de los masters?

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En el panorama en constante evolución de la industria musical, un aspecto crucial a menudo pasado por alto por los artistas emergentes es la propiedad de las grabaciones maestras o masters. Entender qué son los masters, por qué son importantes y cómo impactan en la carrera y el futuro financiero de un artista es esencial para cualquiera que busque dejar su huella en el mundo de la música.

 ¿Qué son los Masters?

Las grabaciones maestras, a menudo simplemente denominadas «masters», son las grabaciones originales de sonido de una canción. En la era digital actual, estas son las versiones de tu música que se lanzan en plataformas de streaming como Spotify, Apple Music y Tidal. Históricamente, el término «master» se refería a la cinta maestra o fuente de audio utilizada para producir discos de vinilo, casetes y CDs para su distribución.

Para entender mejor el concepto, piensa en las grabaciones maestras como los negativos en fotografía. Así como los negativos fotográficos se utilizan para producir copias, las grabaciones maestras son la fuente a partir de la cual se realizan todas las copias de una canción.

Derechos editoriales vs. Derechos de master

Es importante no confundir los derechos editoriales con los derechos de master. Aunque ambos son esenciales en la industria musical, se refieren a aspectos completamente diferentes de una canción Los derechos editoriales pertenecen a la composición de la canción—la música y la letra; y los derechos del master se relacionan con la grabación específica de sonido de la canción.

Esta distinción es crítica cuando se trata de propiedad, pagos de regalías y asuntos legales en la industria musical.

La importancia de ser dueño de los masters

Poseer tus grabaciones maestras te da un control significativo sobre tu música y sus potenciales fuentes de ingresos. Los beneficios clave que tiene ser dueño de los masters son:

  1. Recaudación de Regalías: Tienes el derecho legal de cobrar regalías por tus grabaciones.
  2. Control de Licencias: Puedes licenciar tu música grabada para su uso en películas, programas de TV, anuncios y otros medios.
  3. Derechos de Uso: Tienes control sobre dónde y cómo se utilizan tus grabaciones.
  4. Beneficios Financieros: Recibes el monto total de las regalías por el uso de tus masters, en lugar de un pequeño porcentaje, como es el caso cuando los masters son propiedad de un tercero.

¿Quién debe ser dueño de los masters?

Históricamente, los sellos discográficos han jugado un papel crucial en la carrera de un artista al proporcionar apoyo financiero para la grabación, distribución y promoción. Sin embargo, estos beneficios a menudo vienen con un costo significativo para el artista.

Los artistas típicamente ceden sus derechos de master al sello, a menudo a perpetuidad, o por una considerable cantidad de años, aún después del fallecimiento del artista, y a menudo reciben solo un pequeño porcentaje (alrededor del 15%) de las regalías, mientras que el sello se queda con la mayor parte (alrededor del 85%).

Sin embargo el artista no comienza a recibir ese porcentaje de immediato. El adelanto entregado por el sello y los costos adicionales deben ser recuperados a través de las ventas de música, streams y licencias antes de que el artista comience a recibir su parte completa de las regalías. En algunos casos, y sobretodo antes de la era digital, los sellos incluían gastos adicionales que reducian aún más las ganancias del artista, como fiestas promocionales, tarifas de empaquetado e incluso tarifas obsoletas de «roturas» de la era del vinilo y del CD. Existen artistas que han dicho públicamente que nunca recibieron pagos de regalías aún habiendo vendido millones de discos, pues todo el dinero ingresado de esas ventas fue retenido por el sello para cubrir todos los gastos mencionados.

El advenimiento de las plataformas de música digital ha alterado significativamente la dinámica de poder en la industria musical. Los artistas ahora tienen más opciones para promover y distribuir su música de forma independiente, reduciendo su dependencia de los sellos discográficos tradicionales. Este cambio ha empoderado a los artistas para negociar mejores acuerdos o mantener el control sobre sus grabaciones maestras.

Artistas pioneros en el cambio de paradigma

Varios casos de alto perfil han llevado el tema de la propiedad de grabaciones maestras al centro de atención:

Prince:

Prince tuvo una relación notoriamente complicada con las discográficas, particularmente con Warner Music Group, con la que estuvo asociado durante gran parte de su carrera. Prince sentía que, como creador, debía tener control total sobre su obra, incluyendo los derechos de las grabaciones. En 1993, Prince cambió su nombre a un símbolo impronunciable para publicar música que no fuese propiedad de Warner y también como una forma de protesta contra lo que él consideraba la explotación por parte de la discográfica.

Taylor Swift

La batalla pública de Taylor Swift por sus grabaciones maestras muestra las posibles consecuencias de no poseer tus masters. Cuando su antiguo sello discográfico, Big Machine, fue vendido a Scooter Braun (un manager musical con quien Swift ha tenido conflictos), Braun obtuvo el control sobre todo el catálogo anterior de Swift. En respuesta, Swift decidió volver a grabar sus primeros seis álbumes de estudio, creando nuevos masters que ella posee completamente y puede licenciar como lo desee. Su nuevo contrato con Universal estipula que ella mantiene la propiedad de sus masters y la compañía le provee la distribución y apoyo promocional.

Kanye West

La cruzada de Kanye West para recuperar sus masters también ha atraído una atención mediática significativa. West criticó públicamente a Universal Music Group por su control sobre sus primeros seis álbumes e incluso compartió sus contratos de grabación originales en las redes sociales. Estos contratos revelaron adelantos multimillonarios a cambio de que el sello poseyera sus masters «en todo el mundo y a perpetuidad». La lucha de West resalta la dificultad que enfrentan los artistas para comprar sus masters una vez que los han cedido.

El camino a seguir

Para los artistas emergentes, la lección es clara: poseer tus grabaciones maestras es una inversión crucial en tu futuro. Los artistas mantienen el control sobre cómo se usa y distribuye su música, recibe una mayor parte de las regalías generadas por su música, y a medida que su carrera crece, también lo hace el valor de los masters.

Aunque para un artista nuevo pueda ser complicado arrancar su carrera sin el apoyo de una discográfica, cada vez existen más opciones en las que no necesariamente es obligatorio ceder el 100% de los derechos de las grabaciones por décadas y décadas. Educarse sobre cómo funcionan estos acuerdos es el primer paso para construir no solo una carrera exitosa, sino un negocio sólido como artista.

La industria musical ha experimentado cambios significativos en los últimos años, en gran parte debido al auge de las plataformas digitales y los servicios de streaming. Estos cambios han creado nuevas oportunidades para que los artistas mantengan el control sobre su trabajo, incluyendo sus grabaciones maestras.

Aunque los sellos discográficos tradicionales aún ofrecen recursos valiosos y experiencia, los artistas ahora tienen más influencia para negociar términos favorables o elegir caminos alternativos hacia el éxito. Al comprender la importancia de la propiedad de las grabaciones maestras y las posibles implicaciones a largo plazo de sus decisiones, los artistas pueden posicionarse mejor para carreras sostenibles en la industria musical.

A medida que la industria continúa evolucionando, es probable que veamos más artistas priorizando la propiedad de sus masters, ya sea a través de una cuidadosa negociación con los sellos o eligiendo permanecer independientes. Este cambio hacia el empoderamiento y la propiedad del artista no solo es beneficioso para los músicos individuales, sino que tiene el potencial de remodelar todo el panorama de la industria musical, creando un entorno más equitativo y amigable para los artistas en las generaciones venideras.