Discográficas demandan a Suno y Udio por infracción de derecho de autor
En un movimiento que subraya la creciente tensión entre la industria musical y los desarrolladores de inteligencia artificial (IA), la Asociación de la Industria de la Grabación de América (RIAA) anunció demandas contra dos empresas de IA, Suno AI y Uncharted Labs, desarrollador de Udio AI.
Presentadas por sellos importantes como Sony Music Entertainment, Universal Music Group Recordings y Warner Records, estas demandas destacan la polémica cuestión de la música generada por IA y sus implicaciones para la ley de derechos de autor y la integridad artística.
¿Qué alegan las discográficas?
Las demandas fueron presentadas en los tribunales federales de Boston y Nueva York contra Suno AI y Uncharted Labs, respectivamente. La RIAA acusa a estas compañías de usar música con derechos de autor para entrenar sus modelos de IA sin autorización, resultando en música generada por IA que se asemeja estrechamente a las obras existentes. La RIAA busca una compensación de $150,000 por cada obra infringida, afirmando que el software de Suno y Udio esencialmente «roba música» para producir salidas similares.
Suno AI, que lanzó su primer producto el año pasado y cobra una tarifa de suscripción mensual, está asociado con Microsoft. Udio, por otro lado, ganó popularidad cuando el renombrado productor Metro Boomin lo utilizó para crear BBL Drizzy, una pista parodia viral. A pesar de su éxito, estas empresas ahora enfrentan serios desafíos legales.
Mikey Shulman, CEO de Suno AI, defendió la tecnología de su compañía, afirmando que genera contenido completamente nuevo en lugar de copiar obras existentes. Shulman expresó su frustración por la falta de diálogo con los sellos discográficos, sugiriendo que un enfoque cooperativo fue rechazado en favor de la litigación. Udio aún no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
Mitch Glazier, presidente y CEO de la RIAA, enfatizó que, aunque la industria musical está abierta a colaborar con desarrolladores de IA responsables, servicios sin licencia como Suno y Udio socavan el potencial de innovación genuina. Argumentó que estas compañías explotan las obras de los artistas sin consentimiento ni compensación, una práctica que podría inundar el mercado con contenido generado por IA, devaluando la música original.
¿Un obstáculo para la innovación?
El conflicto entre los desarrolladores de IA y la industria musical es parte de un debate más amplio sobre el papel y la regulación de la IA en campos creativos. La capacidad de la IA para generar música y otras formas de arte ha planteado preguntas sobre la infracción de derechos de autor y la protección de la propiedad intelectual.
En marzo, Tennessee se convirtió en el primer estado de EEUU en aprobar una legislación destinada a proteger a compositores e intérpretes del uso no autorizado de la IA. Esto fue seguido en abril por una carta abierta de más de 200 artistas, organizada por la Artist Rights Alliance, exigiendo que las compañías de IA dejen de usar su trabajo sin permiso.
Un tema central en estas demandas es si el uso de materiales con derechos de autor para entrenar modelos de IA constituye «uso justo«. Los desarrolladores de IA argumentan que dicho uso debería estar exento de la ley de derechos de autor, alegando que cae bajo la creación de nuevas tecnologías. Sin embargo, los titulares de derechos como las compañías musicales argumentan que la IA generativa compite directamente con las obras originales, haciendo que dicho uso sea injusto e ilegal.
La RIAA insiste en que las acciones de Suno y Udio no cumplen con los criterios de uso justo, ya que sus salidas buscan sustituir las obras copiadas. Esta afirmación, si es confirmada por los tribunales, podría establecer un precedente significativo en cómo se regula y desarrolla la tecnología de IA.
Las afirmaciones de la RIAA están respaldadas por admisiones de inversores tempranos y ejecutivos dentro de las compañías de IA, indicando el uso de material con derechos de autor en el entrenamiento de sus modelos. Instancias específicas donde la música generada por IA retenía etiquetas de grabaciones originales refuerzan aún más el caso de la RIAA. Análisis por expertos como Ed Newton-Rex han identificado similitudes notables entre canciones generadas por IA y las obras de artistas conocidos, sugiriendo que los modelos de IA fueron entrenados con música con derechos de autor.
Estas demandas son algunos de los primeros desafíos legales significativos contra desarrolladores de IA en la industria musical, pero probablemente no serán los últimos. Los resultados podrían moldear el futuro de la IA en campos creativos, determinando si y cómo las tecnologías de IA pueden usar materiales con derechos de autor.
Aunque la IA tiene un inmenso potencial para las industrias creativas, es crucial asegurar que los avances tecnológicos no se hagan a expensas de los derechos de los artistas y el valor de la creatividad humana.