Los fundadores de Sónar se desvinculan tras 32 años del festival

Enric Palau, Ricard Robles y Sergio Caballero, los tres fundadores históricos del festival Sónar, han anunciado su desvinculación total del certamen de música electrónica después de 32 años. La noticia, confirmada por fuentes del festival, marca el final de una etapa histórica que comenzó con los orígenes del Sónar en 1994. Ventura Barba, que se incorporó al proyecto más tarde, permanecerá unos meses más para facilitar la transición.
En un comunicado conjunto facilitado a los medios, los fundadores expresaron su gratitud y reflexión sobre su legado: “Han sido 32 años magníficos e intensos, llenos de esfuerzo, retos y momentos imborrables”. Agradecieron el talento y la dedicación de las comunidades creativas, el equipo humano que impulsó el proyecto con pasión, la ciudad de Barcelona y el público fiel. Añadieron que ahora inician una nueva etapa con ilusión y con el deseo de que Sónar siga proyectándose con éxito hacia el futuro.
Con la salida de Palau, Robles y Caballero, el control del festival pasa enteramente a manos de Superstruct Entertainment. Este grupo británico, que ya había adquirido Sónar en 2018, es el segundo mayor promotor de festivales del planeta, gestionando total o parcialmente una treintena de macrofestivales en España.
El Sónar ya cuenta con un nuevo CEO: François Jozic. Jozic, de origen belga, fue el fundador y máximo responsable de Brunch ElectroniK. Él fundó Brunch Electronik en 2014, organizando pequeñas fiestas dominicales al aire libre en Barcelona. Superstruct adquirió Brunch en 2023, y ahora Jozic asume la dirección ejecutiva del Sónar.
La desvinculación de los fundadores se hace pública casi cuatro meses después de lo que fue descrita como la edición más controvertida del certamen, celebrada en 2025. La polémica surgió debido a la pertenencia del Sónar al fondo estadounidense proisraelí KKR (Kohlberg Kravis Roberts), que es dueño de Superstruct Entertainment desde el verano de 2024.
KKR, una gestora de fondos fundada en 1976, fue señalada por sus inversiones en firmas israelíes de ciberseguridad y por poseer la propiedad mayoritaria de un conglomerado mediático que ofrece viviendas en territorios pertenecientes al Estado palestino.
Este contexto motivó la acción de boicot por parte del movimiento BDS, lo que llevó a que medio centenar de artistas y colectivos decidieran no participar en el Sónar de 2025. Algunas fuentes mencionan que más de 30 artistas cancelaron sus actuaciones. Aunque la organización aseguró que llenó esos huecos con una veintena de contrataciones y que cumplía con las recomendaciones de las comunidades pro-palestinas, la tensión fue palpable. La organización emitió comunicados indicando que no tenía control sobre las decisiones de KKR y que mantenía su independencia artística.
Paradójicamente, la edición 2025 batió un récord de asistencia, cerrando con 161.000 asistentes, lo que representa 7.000 más que el año anterior, a pesar de las cancelaciones y el clima de polarización. No obstante, el festival no especificó si este número había restado el número de entradas o abonos que fueron devueltos debido a la controversia.
La marcha de los fundadores inaugura una nueva etapa con importantes interrogantes. El gran desafío para la nueva dirección será preservar la identidad y el prestigio del Sónar bajo una nueva gestión empresarial. Además, se suma un cambio logístico: en 2026, el Sónar se celebrará íntegramente en la Fira Gran Via de L’Hospitalet, abandonando Montjuïc y unificando los formatos de Día y Noche, debido a obras de remodelación en el antiguo emplazamiento.