Artistas podrán incluir a la ‘Naturaleza’ en sus obras para asignar regalías a causas ambientales

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Una iniciativa innovadora ha surgido dentro de la industria musical, una que reconoce a la naturaleza como una contribuyente vital a las composiciones musicales y busca elevar su papel como artista oficial. Liderada por figuras influyentes como Brian Eno y respaldada por músicos reconocidos como Ellie Goulding y Aurora, este movimiento promete no solo enriquecer las creaciones musicales, sino también respaldar causas críticas de conservación.

El origen de esta iniciativa se remonta a momentos icónicos en la historia de la música, como la integración por parte de Paul McCartney del melódico gorjeo de un mirlo en su atemporal composición «Blackbird«. Avanzando hasta el día de hoy, artistas como Aurora están tejiendo los sonidos de densos bosques noruegos en su música, reavivando una conexión arraigada entre la música y la naturaleza.

Apodado «Sounds Right«, este proyecto visionario es una idea original del Museo de las Naciones Unidas – UN Live, con el objetivo de recaudar $40 millones en su fase inicial de cuatro años. Su ética central es simple pero profunda: reconocer a la naturaleza como un artista legítimo en las colaboraciones musicales. Este esfuerzo trasciende la mera estética; implica un impacto real en el mundo a través de la asignación de regalías a iniciativas de conservación de alto impacto.

Los artistas participantes tienen la oportunidad única de designar a «Nature» (Naturaleza) como artista destacado en las principales plataformas de streaming. Al hacerlo, no solo reconocen las contribuciones de la naturaleza a su arte, sino que también comprometen una parte de sus ganancias a causas ambientales. Este cambio de paradigma redefine la creación musical, instando a los artistas a inspirarse en el mundo que los rodea y fomentando una relación recíproca entre el arte y el medio ambiente.

La participación de Eno subraya el potencial transformador de esta iniciativa. A través de su organización benéfica EarthPercent, que colabora con la industria musical para apoyar a organizaciones ambientales, Eno aboga por un futuro sostenible donde la música sirva como un conducto para la gestión ambiental.

Aurora, celebrada por sus composiciones etéreas, hace eco de este sentimiento. Ella cree que la música posee un poder único para evocar un profundo sentido de conexión con la naturaleza, trascendiendo el discurso convencional sobre el cambio climático. En lugar de predicar, sugiere que el arte puede inspirar e inculcar una aspiración compartida por un mundo armonioso.

En medio del telón de fondo del cambio climático, la iniciativa es un faro de esperanza, un testimonio del potencial de la acción colectiva y la expresión creativa para generar un cambio positivo. El optimismo de Eno es palpable; percibe un cambio generacional en las actitudes hacia la sostenibilidad, impulsado por una mayor conciencia ambiental entre los jóvenes.

Para Aurora, el viaje es tanto sobre la conciencia colectiva como sobre la acción individual. Encuentra consuelo en las perspectivas en evolución de las generaciones más jóvenes, cuyo fervor por la defensa ambiental subraya un cambio gradual lejos de prácticas insostenibles.

De hecho, la iniciativa representa más que una evolución musical; encarna un cambio cultural hacia la sostenibilidad y la responsabilidad. Como observa acertadamente Eno, la disminución de la influencia de aquellos enraizados en prácticas explotadoras señala un momento crucial, una transición hacia una era más consciente.