Por qué Taylor Swift representa un antes y un después en la industria musical

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Históricamente, muchos de los contratos discográficos previos a la era digital, fueron criticados fuertemente por estar más inclinados hacia el beneficio del sello y no necesariamente del artista. Existen numerosos ejemplos de artistas que han denunciado públicamente su desencanto con los contratos que han firmado, entre ellos Prince, quien notoriamente cambió su nombre a un símbolo para poder publicar música que su discográfica no pudiese tocar.

El grupo de rock 30 Seconds to Mars, quienes realizaron un documental detallando su batalla legal contra la desaparecida EMI Records, en el cual detallan que hasta la fecha de estreno del film no habían recibido pago alguno de regalías a pesar de haber vendido millones de discos.

Kanye West, quien el año pasado decidió compartir a través de su cuenta de Twitter todas las páginas de sus contratos discográficos con Universal, reclamando que estos contratos deberían ser más sencillos porque esta complejidad es la que permite que las compañías de música se aprovechen del talento de los artistas.

Y entre todos ellos, resalta la artista que concierne a este artículo, que sin duda ha hecho historia y cuyas acciones tendrán repercusiones a lo largo y ancho de la industria: Taylor Swift.

Taylor Swift regraba sus discos y hace historia

En 2019, Swift fue nombrada Artista de la Década por los seis álbumes que grabó entre los 15 y los 24 años, mientras pertenecía al sello discográfico Big Machine. En julio de 2019, Big Machine fue comprada por el empresario y manager de artistas como Ariana Grande y Justin Bieber, Scooter Braun, por un valor de aproximadamente $300 millones, de los cuales casi la mitad correspondían al catálogo de Swift.

Debido a una historia personal, esto no hizo muy feliz a Taylor, quien calificó la compra como su peor escenario. «Nunca en mis peores pesadillas imaginé que el comprador sería Scooter. Él sabía lo que estaba haciendo… Controlar a una mujer que no quería estar asociada con ellos. En perpetuidad. Para siempre«.

Taylor aseguró que había intentado comprar sus masters a Big Machine, sin embargo la opción que le ofrecieron fue la de renovar su contrato con la discográfica  y ‘ganarse’ un álbum a la vez, es decir, obtener la titularidad de uno de sus albums originales por cada uno nuevo que entregase.

El siguiente mes de Agosto, Taylor mencionó por primera vez en público que se encontraba planificando re-grabar sus primeros discos, y que su contrato con Big Machine le permitía hacerlo a partir de Noviembre 2020, fecha en la cual Braun finalizó la venta del catálogo de Swift a la firma de inversión Shamrock Holdings, por un valor de entre $300 y $450 millones.

Al parecer, Braun aseguró a los potenciales compradores que las amenazas de Taylor de regrabar su material original no tenían fundamento y que, de hecho, toda la controversia alrededor del catálogo solo impulsaba más escuchas en streaming. Pero en efecto, fue exactamente lo que Taylor hizo: el pasado mes de Abril, Swift lanzó «Fearless (Taylor’s version)» y más recientemente en Noviembre relanzó su versión del disco de 2012 «Red«.

Para entender por qué Taylor está regrabando sus primeros discos, debemos entender cómo funcionan los derechos de autor en la música. Existen dos derechos fundamentales: el Derecho de Autor, que corresponde al compositor en este caso a Taylor, y el derecho sobre el fonograma, que viene siendo la grabación de esa composición, y le corresponde a la discográfica, ¿Por qué? Porque es la discográfica la que ha pagado por dicha grabación.

Cualquier utilización de esas grabaciones originales, le reportarán ingresos a la discográfica, o en el caso de Taylor a quien sea que haya adquirido esos derechos. Un dato importante a destacar es que cuando se efectúa esta segunda compra, Scooter Braun se aseguró de incluir una cláusula según la cual el catálogo de Swift le seguiría reportando ingresos, aún después de venderlo.

¿Qué significa esto para la industria de la música?

En primer lugar, el hecho de que Taylor esté regrabando sus propias canciones para ser dueña de los masters, educa sobre la importancia de ser compositor y de tener el control sobre los derechos editoriales de las obras. Las composiciones son el activo más importante que un artista puede llegar a tener en su carrera.

¿Cómo impacta esta regrabación en los masters originales que ahora son propiedad de una firma de capital privado? En pocas palabras, diluye completamente su valor. Un valor de entre $300 y $450 millones.

Los fans están comprando la nueva versiones de los discos que de hecho, han llegado a los lugares más altos de las listas y están batiendo récords «Fearless (Taylor’s Version)» es el primer álbum regrabado que ha alcanzado el Nº 1 de la lista Billboard 200, y «Red (Taylor’s Version)»  rompió una serie de récords comerciales, como llegar al tener el mayor número de reproducciones en solo día para un álbum de una artista femenina en Spotify y las ventas de LP de vinilo más altas en una semana en la historia de MRC Data. Encabezó las listas en Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Noruega, Escocia y el Reino Unido, así como en los Estados Unidos, donde Swift superó el récord de 46 años de Elton John para convertirse en la artista solista en la historia de Billboard 200 en alcanzar cuatro álbumes número uno en menos tiempo, haciéndolo en menos de 16 meses.

Está claro que el éxito de estas versiones reducirá la cantidad de reproducciones que obtienen las versiones originales en los servicios de streaming. Y cualquier empresa que quiera licenciar los álbumes de Taylor Swift ahora puede trabajar directamente con ella, lo que afectará los ingresos de la empresa propietaria de los masters originales.
Y podría pensarse que las dos versiones diferentes de las grabaciones pueden competir entre sí, pero en realidad, la gente generalmente quiere trabajar con el artista original porque ese artista continuará haciendo arte nuevo que tal vez quieran licenciar en el futuro.

La firma privada propietaria de los álbumes originales, Shamrock Holdings, probablemente también perdió una oportunidad de oro. Si se hubieran acercado para suavizar las cosas con Swift, el valor de los masters originales estaría intacto. En cambio, sus fans están comprando el nuevo álbum, que suena idéntico al original y encima, tienen la satisfacción de ser leales a su ídolo.

Los «Swifties» al frente de la batalla

Otra lección importantísima que hemos aprendido de Taylor es la importancia del Fandom y de nutrir esa relación cercana con los fans. Según explica Ashleigh Millar de MIDiA, Taylor ha hecho muy bien su tarea como líder de la tribu, incluyendo canciones adicionales, versiones extendidas de canciones, videos musicales de acompañamiento y siendo completamente transparente en cuanto a las importantísimas razones detrás de su decisión de volver a grabar sus álbumes.

Ahora todo descansa en manos de sus fans, con quienes ha invertido mucho tiempo, dinero y energía en cultivar una conexión directa a través de los años, comentando sus publicaciones, invitándoles a conciertos secretos en su casa, enviándoles regalos personalizados, etc., para dar forma a este movimiento cultural. Y los fans están respondiendo formidablemente.

Este compromiso de los fans se ha ejecutado esto con tanto éxito que las discográficas ahora están reevaluando sus contratos. Los álbumes de Taylor’s Version están batiendo récords de ventas, lo que significa menos dinero en manos de aquellos que poseen los masters originales, llámense discográficas o llámense firmas de capital. La implicación es que, si un artista tiene suficiente klout y puede mover masas, existe un gran riesgo de descapitalización para los titulares de derechos, sean grandes discográficas, sellos independientes o firmas de capital.

Esto ha ocasionado que Universal Music Group se encuentre modificando sus contratos para extender el período en el que un artista puede volver a grabar su música, según un reporte de The Wall Street Journal. Anteriormente, un contrato estándar establecía que un artista no podía volver a grabar su trabajo cinco años después de su última grabación entregada o dos años después de la finalización de su contrato, lo que ocurriese más tarde. El nuevo formato aumenta el tiempo después de la grabación a siete años y el tiempo después de finalizar un contrato a cinco años.

Universal Music Group es la dueña de Republic Records, la discográfica con la que Taylor Swift ha lanzado sus nuevas versiones y con la cual ha firmado un acuerdo según el cual ella retendrá la propiedad de sus masters. Sin duda Universal se encontraba esperando el resultado de estas nuevas versiones a nivel de ventas para introducir estos cambios a sus contratos, y consecuentemente Universal establecerá un estándar para otras compañías discográficas, lo cual da cuenta del amplio impacto que está teniendo Taylor Swift con su inteligente decisión empresarial.