ACCES presenta el informe ‘Radiografía de las salas de conciertos de España’

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El estudio ‘Radiografía de las salas de conciertos de España’ pone en valor las salas base o “grassroots” como vivero artístico del sector y se adentra dentros de cifras y restos del sector. El informe presenta resultados de la encuesta realizada en el último trimestre del año 2016  y que recoge datos del año 2015, a partir de las respuestas de 32 salas lo que supone una muestra del 30% del total de salas asociadas a ACCES.

Por un lado los datos muestran independencia, éxito y una importante cifra de actividades, asistentes y profesionales que trabajan en la organización de conciertos en las salas y por otro, los datos revelan gran diversidad en las salas, modelos de negocio frágiles y muchos retos.

Las salas de conciertos que conformanLa asociación estatal de salas de conciertos de España (ACCES) facturaron más de 25 millones de euros. Los ingresos derivados de las barras y catering suponen la vía de financiación más importante para nuestras salas.


Este estudio arroja importantes resultados que servirán para incrementar el apoyo y el conocimiento de la música en directo y la importancia de las salas base o “grassroots”: salas de pequeño o mediano formato, que funcionan como cantera artística de la industria musical. Aunque ACCES tiene salas asociadas de gran formato que superan las 1.000 personas de aforo, la capacidad media de sus salas es de 200 a 300 personas con una gran diversidad de actividades. 

Tan sólo el 11% de las salas presentan música como la única realizada. El 89% restante compaginan los conciertos con otro tipo de actividades culturales, (cine, teatro, danza, exposiciones…) sociales o de formación. 

Más de dos millones de asistentes al año

Una vez analizados los resultados obtenidos, se ha estimado que el total de actividades llevadas a cabo en las salas es superior a 13.000 conciertos al año, con más de 19.000 actuaciones de artistas o bandas, ya que en ocasiones una misma actividad musical puede conllevar varias actuaciones, por ejemplo banda principal y telonero. 121 conciertos es la media de actividades musicales por sala al año. Lo que supondría un cálculo aproximado de 10 conciertos al mes.

El total de asistentes a las salas de conciertos asociadas a ACCES es superior a los dos millones de personas al año (2.3 millones) con un promedio anual de más de 21.000 asistentes por sala, este dato de asistencia es indicativo del valor que suponen estas actividades musicales en la vida cultural de las ciudades. 6,34 euros es el precio medio de la entrada a una actividad musical o concierto.

En total más de 1.200 personas trabajan en las 110 salas de conciertos, de ellas más de 350 trabajadores realizan su actividad laboral a jornada completa. Las salas de conciertos en nuestro país están dirigidas y gestionadas en su inmensa mayoría por profesionales pagados. Las figuras del voluntario y becario, aunque existen tienen muy poca relevancia al contrario que en otros países europeos donde estas figuras tienen un nivel de penetración mucho mayor.

El total de las salas socias de ACCES factura más de 25 millones de euros al año con una cifra de gasto que supera los 20 millones de euros anuales. Con lo que podríamos cifrar en cinco millones de euros los beneficios obtenidos por el total de nuestras salas. Unos datos que se corresponden con el carácter privado y empresarial que tienen la mayoría de las salas de conciertos en España y que provoca que sus principales vías de financiación para sus sostenibilidad sean el consumo en barras y catering (59%) y la venta de entradas (39%). Las subvenciones (1%) apenas tienen representatividad como fuente de ingresos,  al contrario que en otros países europeos,  donde constituyen la principal vía de financiación de las salas.

Si se comparan los costes directos de programación obtenidos en este estudio con los ingresos obtenidos por la venta de entradas, se puede concluir que los costes de programación suponen el 84% de la venta de entradas, es por ello que las salas socias de ACCES, al no recibir subvenciones ni tener otra fuente principal de ingresos, se ven obligadas a basar en el consumo de barras y catering su modelo de negocio para poder subsistir y hacer frente al resto de gastos que genera una sala de conciertos como por ejemplo los laborales y los del local.

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