Deezer ahora aplica su modelo «centrado en el artista» a las regalías de compositores

El nuevo modelo de asignación de regalías de Deezer, conocido como sistema “centrado en el artista”, sigue generando debates en la industria musical. Inicialmente aplicado a grabaciones en 2023, este modelo ahora también incluye a los compositores en Francia, gracias a la adhesión de la sociedad de gestión colectiva SACEM. Aunque se presenta como un avance hacia una distribución más equitativa, los detalles revelan una realidad más compleja.
Cómo funciona el sistema centrado en el artista
Este modelo, desarrollado junto con Universal Music y basado en la visión de Lucian Grainge, introduce reglas que buscan premiar la música genuina y combatir el fraude en el streaming. Entre sus características principales está la asignación de un peso doble a ciertas reproducciones: aquellas donde el usuario selecciona directamente la canción, en lugar de utilizar recomendaciones algorítmicas, y las canciones que superan 1000 reproducciones por al menos 500 usuarios únicos al mes.
No obstante, estos umbrales han sido objeto de críticas. Si bien incentivan a los artistas a interactuar con su público, su aplicación a compositores plantea problemas. A diferencia de los artistas, los compositores no tienen control directo sobre cómo las grabaciones de sus canciones cumplen con estos criterios. Esto significa que, aunque una canción cumpla los requisitos a través de un artista, si otra versión de la misma canción no lo hace, el compositor podría perder regalías adicionales.
Límites en las reproducciones y su impacto
Otro aspecto relevante es el límite mensual de reproducciones por usuario. Si un usuario excede este límite, cada reproducción adicional cuenta solo como una fracción de una reproducción completa en la asignación de regalías. Aunque el objetivo es combatir el fraude —como las cuentas automatizadas que reproducen canciones en bucle—, también podría penalizar a superfans que escuchan intensamente a sus artistas favoritos.
Por ejemplo, si el límite fuera de 1000 reproducciones mensuales y un usuario alcanza 2000, cada reproducción posterior valdría la mitad. Este sistema, aunque eficaz para reducir el fraude, podría ser percibido como una desventaja para los artistas emergentes que dependen de una base de fans leales pero limitada.
Impacto en compositores y artistas independientes
Uno de los puntos más controvertidos es la desigualdad que este modelo podría generar entre artistas establecidos y pequeños creadores. A diferencia de las regalías por grabaciones, que fluyen automáticamente a través de discográficas o distribuidores, las regalías de compositores requieren un proceso de reclamación activa. Si un compositor no tiene una editorial musical o no es miembro de una sociedad de gestión colectiva, podría no recibir los pagos correspondientes.
Además, incluso siendo miembro de una sociedad, se necesita un número mínimo de reproducciones para que una pista sea asociada a una canción específica. Si no se alcanza este umbral, las regalías no asignadas terminan en una “caja negra”, distribuyéndose entre las grandes discográficas según su cuota de mercado.
Comparación con Spotify y críticas al sistema
El modelo de Deezer contrasta con las recientes reglas implementadas por Spotify, que directamente excluyen a muchos artistas pequeños de cualquier pago si no cumplen ciertos requisitos. Ambos sistemas han sido calificados como un “Robin Hood al revés”, ya que canalizan más ingresos hacia superestrellas y grandes catálogos, especialmente aquellos de Universal Music.
Las críticas también se centran en cómo estos cambios impactan a compositores establecidos. Si una de sus canciones tiene varias versiones grabadas por diferentes artistas, solo las versiones que superen los umbrales generarán regalías adicionales. Esto puede ser particularmente problemático para canciones populares que tienen decenas o cientos de versiones, reduciendo significativamente los ingresos potenciales del compositor.
Una reforma con ganadores y perdedores
Aunque el sistema centrado en el artista busca abordar problemas como el fraude y la asignación inequitativa de ingresos, también genera nuevos desafíos. Las grandes discográficas y artistas consolidados parecen ser los principales beneficiarios, mientras que los creadores individuales, especialmente los independientes, enfrentan mayores obstáculos para obtener ingresos justos.
Este caso subraya la necesidad de incluir a toda la comunidad creativa en el diseño de reformas al sistema de streaming. Sin un diálogo abierto y soluciones inclusivas, es poco probable que estas reformas logren un equilibrio justo para todos los actores de la industria musical.