El impacto de ocultar los «no me gusta» en YouTube sobre las creadoras femeninas
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En 2021, YouTube tomó la controvertida decisión de ocultar el conteo de “no me gusta” en los videos de la plataforma. Tres años después, los resultados comienzan a demostrar el impacto positivo de esta medida, especialmente para las mujeres creadoras de contenido, quienes previamente eran blanco frecuente de “ataques de no me gusta”. Según un estudio reciente realizado por la Universidad de Zúrich, esta política no solo redujo las críticas negativas hacia las mujeres, sino que también fomentó un entorno más equitativo y alentador en la plataforma.
Resultados reveladores: menos críticas y más productividad
El equipo liderado por la investigadora Marita Freimane analizó datos a nivel de plataforma para evaluar el impacto de esta política. Sus hallazgos muestran que las creadoras femeninas experimentaron un 21% menos de “no me gusta” y una reducción del 57% en comentarios negativos tras el cambio. Este impacto fue especialmente significativo para mitigar la “brecha de retroalimentación de género”, que previamente evidenciaba que las mujeres recibían un 43% más de “no me gusta” que los hombres.
Además, el estudio destacó un aumento del 8.4% en la cantidad de contenido subido por mujeres y una mayor demanda de ese contenido, con un crecimiento del 15.5% en su consumo. Esto sugiere que, al eliminar el temor a la crítica desproporcionada, las creadoras han recuperado la confianza en sus habilidades y han fortalecido su conexión con sus audiencias.
Contexto histórico de una desigualdad persistente
El problema de la retroalimentación sesgada en plataformas digitales no es nuevo. En 2013, Emily Graslie, creadora del canal The Brain Scoop, alzó la voz sobre las críticas desmedidas que recibía como mujer en el campo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Graslie explicó que muchas mujeres evitaban compartir contenido por temor a que las evaluaciones de su trabajo estuvieran más enfocadas en su apariencia que en su calidad.
Un informe de 2018 corroboró estas afirmaciones, alertando sobre la brecha de retroalimentación de género, mientras que figuras como Pokimane, una reconocida streamer de Twitch, también enfrentaron comentarios misóginos por mostrarse sin maquillaje. Estos casos resaltaron cómo los prejuicios de género desmotivaban a las mujeres creadoras.
El efecto dominó de los «ataques de no me gusta»
Un aspecto clave del estudio es cómo la eliminación del conteo público de “no me gusta” redujo la incidencia de “ataques de no me gusta”. Estos ataques consistían en acciones coordinadas de grupos que inflaban artificialmente el número de «no me gusta» en videos de mujeres, lo que a menudo desencadenaba una cascada de comentarios negativos. Al ocultar el conteo, YouTube desactivó este mecanismo, lo que resultó en un cambio significativo en el comportamiento de la audiencia.
¿Un modelo a seguir para otras plataformas?
La ex CEO de YouTube, Susan Wojcicki, anticipó los beneficios de esta medida, defendiendo la decisión como una forma de proteger a las voces menos representadas en la plataforma. Su visión se ve respaldada por los hallazgos del estudio, que sugieren que otras plataformas, como TikTok y Twitch, podrían generar resultados similares al implementar políticas diseñadas para reducir la retroalimentación sesgada.
Freimane y su equipo subrayan que pequeños ajustes en el diseño de las plataformas pueden tener efectos positivos tanto en la oferta como en la demanda de contenido. Si bien aún queda camino por recorrer, la decisión de YouTube marca un paso importante hacia un ecosistema digital más inclusivo, donde todas las voces puedan ser escuchadas sin miedo a represalias injustas.