El poder económico y cultural de las políticas centradas en la música

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En la era de superestrellas globales como Taylor Swift, es fácil ver el impacto monumental que la música puede tener en la economía de una ciudad. Durante su gira por Estados Unidos en 2023, se estima que Swift generó un impacto económico de $5.000 millones en las 20 ciudades que visitó.

Esta cifra asombrosa va más allá de las ventas de entradas; incluye gastos indirectos en hoteles, restaurantes, transporte y merchandise. Sin embargo, por impresionantes que sean estos números, representan solo una fracción de lo que un ecosistema musical bien desarrollado puede lograr. Las ciudades y los países deben reconocer la importancia de las políticas centradas en la música, no solo para atraer turismo, sino también para desarrollar artistas locales y fomentar la vitalidad cultural.

La música como catalizador del crecimiento económico

El éxito de Taylor Swift, aunque excepcional, subraya el potencial más amplio de la música como motor del crecimiento económico. Las ciudades que invierten en sus escenas musicales pueden cosechar beneficios sustanciales, tanto en términos de impacto económico directo como en el enriquecimiento cultural menos tangible, pero igualmente importante, que la música proporciona. Las historias de éxito de lugares como Nashville, Tennessee, demuestran cómo las inversiones deliberadas en infraestructura musical y políticas de apoyo pueden transformar una ciudad en un próspero centro para artistas y un imán para turistas.

Nashville, conocida como «Music City«, es un ejemplo perfecto de cómo una ciudad puede aprovechar su patrimonio musical para crear una economía próspera. La industria musical de la ciudad no se desarrolló de la noche a la mañana; fue el resultado de décadas de inversión intencional y circunstancias afortunadas.

La ubicación central de Nashville en los Estados Unidos, su mercado inmobiliario accesible y sus barrios de baja densidad fueron factores que atrajeron a las compañías musicales. Además, las políticas proactivas de la ciudad, incluidas las exenciones fiscales para las editoriales y un grupo de trabajo dedicado al entretenimiento, han consolidado su estatus como capital de la música. La presencia de lugares emblemáticos como el Grand Ole Opry y la histórica Music Row ha hecho de Nashville un lugar de peregrinaje para músicos aspirantes y amantes de la música por igual.

Este éxito no fue accidental. Al crear un entorno donde la música pudiera florecer, Nashville proporcionó la base para que artistas como Taylor Swift surgieran y triunfaran. El enfoque de la ciudad demuestra que cuando los gobiernos locales priorizan la música, pueden fomentar un ecosistema creativo que beneficia a todos, desde los artistas hasta la comunidad en general.

El papel de la educación y el apoyo a nivel local

Para que las ciudades repliquen el éxito de Nashville, es crucial invertir en la música desde sus raíces. Esto comienza con la educación. La educación musical es el semillero de una industria musical próspera, que nutre a futuros músicos, productores y profesionales de la industria. Sin embargo, en muchos lugares, la educación musical se está reduciendo sistemáticamente. Por ejemplo, en el Reino Unido, se han recortado los cursos de educación superior relacionados con la música, y los recintos de música a nivel local, donde muchos artistas comienzan su carrera, están amenazados. Sin estos apoyos fundamentales, la fuente de talento necesaria para sostener una escena musical vibrante se agota.

Además, las políticas locales deben apuntar a proteger y promover los locales musicales. Estos espacios más pequeños, a menudo de propiedad independiente, son donde muchos artistas perfeccionan su arte por primera vez. Desafortunadamente, muchos de estos locales están luchando por sobrevivir debido a los costos crecientes y los desafíos regulatorios. Por ejemplo, las ordenanzas de ruido y las leyes de zonificación pueden dificultar el funcionamiento de los locales, particularmente en áreas urbanas donde la gentrificación está expulsando los espacios culturales que hacen que los vecindarios sean vibrantes. Los gobiernos locales deben reconocer el valor cultural y económico de estos locales y tomar medidas para garantizar su supervivencia.

Fomentar el turismo a través de la música

El turismo musical es una industria en auge, con fans dispuestos a viajar grandes distancias para ver a sus artistas favoritos en vivo. La demanda de experiencias musicales en vivo está en aumento, y los viajeros buscan cada vez más combinar conciertos y festivales con exploraciones más amplias de sus destinos. Esta tendencia representa una oportunidad significativa para que las ciudades aumenten sus ingresos turísticos al albergar grandes eventos musicales.

Una investigación reciente de Amadeus destaca la creciente tendencia del turismo musical en Europa, con un porcentaje sustancial de viajeros de España, Reino Unido, Alemania y Francia dispuestos a viajar internacionalmente para eventos musicales en vivo. Por ejemplo, los fans alemanes de la música son particularmente aventureros, con un 18% habiendo viajado al extranjero específicamente para asistir a un concierto o festival. Esto demuestra una clara oportunidad para que las ciudades se promocionen como destinos musicales, no solo para turistas nacionales, sino también para una audiencia internacional.

Sin embargo, atraer turistas musicales requiere más que simplemente albergar conciertos de renombre. Las ciudades necesitan ofrecer una experiencia integral que combine la música en vivo con actividades culturales y recreativas. Por ejemplo, los viajeros españoles, que son los más interesados en explorar sus destinos al asistir a conciertos, buscan más que solo un espectáculo; quieren sumergirse en la cultura local. Las ciudades que pueden ofrecer una rica gama de experiencias junto con sus eventos musicales probablemente verán los mayores retornos de sus inversiones en turismo musical.

Recomendaciones políticas para apoyar las economías musicales

Para capitalizar plenamente el potencial de la música como motor económico, las ciudades y los países deben adoptar un enfoque multifacético que apoye tanto a los artistas como al ecosistema musical en general. Aquí hay algunas recomendaciones políticas:

1. Invertir en Educación Musical: Los gobiernos deben asegurarse de que la educación musical esté adecuadamente financiada en todos los niveles, desde la educación primaria hasta la educación superior. Esto incluye no solo la instrucción musical tradicional, sino también la formación profesional en producción musical, gestión y negocios.

2. Apoyar los Locales Musicales a Nivel Local: Los gobiernos locales deben implementar políticas que protejan y promuevan los locales musicales. Esto podría incluir apoyo financiero, relajación de ordenanzas de ruido e iniciativas para preservar los espacios culturales en vecindarios en proceso de gentrificación.

3. Fomentar el Turismo Musical: Las ciudades deben promocionarse activamente como destinos musicales, destacando tanto los grandes eventos como las experiencias culturales únicas que ofrecen. Esto podría incluir asociaciones con agencias de viajes y campañas publicitarias dirigidas a mercados internacionales clave.

4. Proporcionar Incentivos Fiscales: Al igual que Nashville se benefició de exenciones fiscales para las editoriales, otras ciudades podrían implementar medidas similares para atraer negocios musicales y fomentar la producción local.

5. Crear Entornos Regulatorios Favorables a la Música: Los gobiernos deben revisar y ajustar las regulaciones que puedan estar sofocando inadvertidamente la industria musical, como las restricciones de ruido y las leyes de zonificación, para asegurarse de que sean propicias para la música en vivo y las actividades creativas.

El impacto económico extraordinario de Taylor Swift en las ciudades que visita es un claro recordatorio del poder de la música para impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, su éxito también destaca la importancia de construir y sostener un ecosistema musical robusto. Al invertir en educación musical, apoyar los locales a nivel local y crear políticas favorables a la música, las ciudades y los países no solo pueden atraer turismo, sino también cultivar el talento local, asegurando que la próxima generación de superestrellas tenga la oportunidad de florecer. La música no es solo entretenimiento; es una fuerza económica y cultural vital que, cuando se nutre adecuadamente, puede transformar comunidades.