Gobierno australiano también pone la mira sobre los «precios dinámicos» en la venta de entradas

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El gobierno australiano ha dado un paso decisivo para proteger a los consumidores al anunciar nuevas leyes que buscan erradicar prácticas comerciales desleales, especialmente en la industria de la venta de entradas. Estas medidas tienen como objetivo principal combatir tácticas engañosas y cargos ocultos que afectan negativamente a los australianos, agravando el costo de vida.

Entre las prácticas a regular destaca la fijación dinámica de precios, un sistema que ajusta los precios de productos o servicios en función de la demanda. Aunque este enfoque es común en sectores como el hotelero y el de entradas para eventos, ha sido objeto de creciente controversia. En particular, las entradas para conciertos de bandas como Oasis en el Reino Unido y Green Day en Australia han desatado la indignación de los consumidores por el uso de precios dinámicos, que pueden inflar significativamente los costos cuando la demanda es alta.

El gobierno australiano se ha comprometido a analizar y consultar a las partes interesadas antes de implementar una prohibición total de estas prácticas. La finalidad es establecer un equilibrio que proteja tanto a los consumidores como a las empresas. En palabras del primer ministro Anthony Albanese: «Estamos tomando medidas enérgicas para detener a las empresas que emplean prácticas deshonestas que estafan a los consumidores. Las tarifas ocultas y las trampas están aumentando aún más la presión sobre el costo de vida y esto debe detenerse”.

Sin embargo, la fijación dinámica de precios no es la única práctica bajo escrutinio. El gobierno australiano también apunta a regular el drip pricing, una estrategia en la que se añaden tarifas adicionales a lo largo de la compra, lo que lleva a que los consumidores paguen más de lo inicialmente anunciado. Este tipo de estrategia ha sido ampliamente criticada en todo el mundo y ha generado confusión y frustración entre los consumidores. La industria de la venta de entradas ha sido particularmente señalada por este comportamiento, donde las tarifas finales a menudo incluyen cargos adicionales que no son evidentes al comienzo del proceso de compra.

Además, las trampas de suscripción, otra área en la mira del gobierno, han generado descontento entre los consumidores. Las empresas complican deliberadamente los procedimientos para cancelar suscripciones, lo que impide a los usuarios salir fácilmente de contratos no deseados. Este tipo de prácticas se ha extendido no solo en el ámbito de las entradas, sino también en servicios como gimnasios, plataformas de streaming y otros tipos de membresías.

El gobierno australiano también ha señalado su intención de abordar otras tácticas comerciales injustas, como las comunicaciones engañosas que buscan presionar a los consumidores a realizar compras impulsivas mediante la creación de una sensación de urgencia falsa. Además, pretenden eliminar la obligación de crear cuentas para efectuar compras en línea, lo cual añade una capa innecesaria de complejidad al proceso y puede disuadir a los consumidores.

Este movimiento por parte del gobierno australiano se alinea con una tendencia global de mayor escrutinio hacia las prácticas en la venta de entradas y otros sectores. En el Reino Unido, el Parlamento está llevando a cabo debates sobre la transparencia en la venta de entradas y la regulación de los precios dinámicos. La consulta del gobierno británico podría llevar a la creación de un sistema de licencias y sanciones más severas para las plataformas de reventa de entradas, con el fin de proteger mejor a los consumidores.

A medida que más países sigan este ejemplo, es probable que se fortalezcan los derechos de los consumidores a nivel mundial, creando un entorno más equilibrado y justo para todos.