Gobierno del Reino Unido pone la mira en el sistema de ‘precios dinámicos’ de Ticketmaster

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El uso de precios dinámicos en la venta de entradas para conciertos ha generado controversia en la industria de la música en vivo, especialmente tras el reciente anuncio de la gira de reunión de Oasis en 2025. Esta práctica, implementada principalmente por Ticketmaster, ha sido objeto de críticas debido a su impacto en los fanáticos, quienes se ven excluidos de los eventos por los altos costos que pueden alcanzar las entradas en función de la demanda.

El pasado 31 de agosto, la venta de entradas para la gira de Oasis se realizó a través de varias plataformas, incluyendo Ticketmaster. Sin embargo, los problemas técnicos y la rápida escalada de precios provocaron una ola de frustración entre los seguidores de la banda, algunos de los cuales reportaron precios que superaban los 460 dólares, cuando inicialmente se ofrecían por alrededor de 177 dólares. Esta situación llamó la atención de Lisa Nandy, Secretaria de Estado de Cultura, Medios y Deporte del Reino Unido, quien expresó su preocupación por cómo los precios inflados excluyen a los fanáticos comunes. Nandy también anunció que los precios dinámicos se incluirán en una consulta pública sobre la industria de la venta de entradas, con el objetivo de garantizar una mayor transparencia y justicia en el proceso de compra.

El modelo de precios dinámicos no es nuevo; se utiliza comúnmente en industrias como los viajes y la hospitalidad. Sin embargo, su introducción en el mundo de los conciertos ha generado un fuerte rechazo. La herramienta permite ajustar los precios de las entradas en tiempo real según la demanda, lo que a menudo resulta en aumentos significativos durante la venta. Un ejemplo notable ocurrió en 2022 durante la gira de Bruce Springsteen, donde algunas entradas alcanzaron los 5,000 dólares.

Live Nation, la empresa matriz de Ticketmaster, defiende esta estrategia argumentando que ayuda a combatir la reventa abusiva y permite que los artistas obtengan mayores ingresos. Según su CEO, Michael Rapino, esta herramienta representa una gran oportunidad de crecimiento, especialmente en mercados fuera de Estados Unidos, como Europa, Sudamérica y Australia. Según Rapino, los promotores y artistas apoyan el sistema, ya que les permite capturar parte del dinero que de otro modo terminaría en manos de revendedores.

No obstante, la polémica alrededor de los precios dinámicos ha crecido, y en Estados Unidos Live Nation enfrenta una demanda antimonopolio presentada por el Departamento de Justicia. La demanda alega que la empresa ha monopolizado la industria de la música en vivo y ha realizado prácticas ilegales para sofocar la competencia. Una de las quejas clave se refiere al uso de herramientas de precios dinámicos, que permiten a Ticketmaster ajustar el precio de las entradas en función de la demanda, lo que provoca que los consumidores paguen precios mucho más altos.

Aunque Live Nation sostiene que su sistema ayuda a los artistas y promotores a obtener una mayor compensación por sus eventos, la creciente indignación de los fanáticos y la intervención de políticos como Lisa Nandy sugieren que podría haber cambios regulatorios en el futuro para equilibrar el acceso a los conciertos y evitar la exclusión de los seguidores más fieles.