Piden a la UE que se elimine la retención fiscal para artistas cuando giran por Europa
La retención fiscal, un mecanismo diseñado para recaudar impuestos de los ingresos generados en un país extranjero, está generando barreras significativas para los artistas europeos que buscan expandir sus carreras a través de giras internacionales. Organizaciones como EMMA, EMEE, FIM, IAO, IMPALA, Live DMA y Liveurope han elevado su voz en conjunto para instar al Parlamento Europeo a tomar medidas concretas que alivien las cargas desproporcionadas que este sistema impone sobre los artistas emergentes y de mediana trayectoria.
¿Qué es la retención fiscal y por qué representa un problema?
La retención fiscal suele aplicarse como un porcentaje fijo sobre los ingresos brutos de los artistas en el país donde se generan, sin considerar los costos asociados o la rentabilidad de la actividad. Esto significa que un artista puede terminar pagando impuestos sobre ingresos que, en realidad, no se traducen en ganancias. Esta práctica afecta especialmente a los músicos y artistas que operan con márgenes de ganancia reducidos o incluso en déficit, dificultando su movilidad y limitando su capacidad de competir en un mercado ya desafiante.
Además, el proceso para recuperar estos impuestos retenidos es complicado y varía significativamente entre los países de la Unión Europea (UE). Mientras que algunos países permiten a los artistas presentar declaraciones fiscales locales para solicitar devoluciones, otros no ofrecen esta posibilidad, dejando a muchos artistas en desventaja. Esta falta de uniformidad perjudica particularmente a los músicos independientes y a aquellos que están en las primeras etapas de sus carreras.
Una comparación desigual: artistas europeos versus artistas estadounidenses
Otro punto crítico señalado en la carta abierta es el trato preferencial que reciben los artistas estadounidenses en algunos países europeos. Muchas naciones han establecido tratados fiscales que imponen umbrales mínimos de ingresos antes de aplicar la retención fiscal a artistas de Estados Unidos, generalmente alrededor de 20.000 €. Este beneficio permite a los artistas estadounidenses maximizar sus ingresos, mientras que los artistas europeos, al no contar con una protección similar, ganan menos a partir de los mismos ingresos brutos. Esta disparidad mina la competitividad de los artistas europeos y reduce su capacidad para mantenerse económicamente en un mercado globalizado.
Soluciones propuestas para un sistema más justo
Aunque la fiscalidad directa es competencia de los Estados miembros, las organizaciones firmantes sugieren que la UE tiene un papel crucial en la armonización de las normas fiscales en beneficio de la comunidad artística europea. Como ejemplo, mencionan la iniciativa FASTER, que busca simplificar la tributación de dividendos, intereses y regalías. Aplicar un enfoque similar para los artistas internacionales podría aliviar las cargas fiscales que enfrentan los músicos y fomentar su movilidad.
Las organizaciones proponen varias soluciones específicas:
1. Eliminar la retención fiscal para artistas en visitas de corto plazo: Países como Dinamarca, Hungría, Irlanda y los Países Bajos ya han implementado esta medida con éxito, demostrando que es posible promover la actividad artística sin comprometer significativamente los ingresos fiscales.
2. Establecer un umbral mínimo de ingresos, como el de 20.000 € para artistas internacionales: Esto garantizaría que los artistas con menores ingresos no enfrenten retenciones fiscales desproporcionadas que comprometan su sostenibilidad económica.
3. Permitir la deducción de gastos de manera uniforme en todos los países: Esto alinearía las reglas fiscales con las iniciativas actuales de la Comisión Europea, como BEFIT, que buscan una mayor cohesión en la tributación corporativa.
Beneficios para el ecosistema musical europeo
La implementación de estas medidas no solo beneficiaría a los artistas, sino también al ecosistema cultural europeo en su conjunto. Reducir las barreras fiscales permitiría a los músicos centrarse en su creatividad y en ofrecer experiencias enriquecedoras a las audiencias en toda Europa. Esto, a su vez, fortalecería las economías locales a través de la revitalización de eventos en vivo y el apoyo a empresas relacionadas con la industria creativa.
Además, promover la movilidad artística fomentaría una mayor diversidad en los escenarios europeos, brindando a las comunidades acceso a una oferta cultural más rica y variada. Las ciudades europeas se beneficiarían al atraer talento global y consolidar su reputación como centros culturales vibrantes.
Las organizaciones firmantes solicitan a la UE que considere las propuestas de las organizaciones firmantes y trabaje en conjunto con los Estados miembros para establecer un marco fiscal más justo y coherente. Un cambio en estas políticas no solo fortalecería la posición de los artistas europeos en el panorama internacional, sino que también impulsaría la creatividad y el desarrollo económico en toda la región.