Universal demanda a Believe y Tunecore por infracciones «de escala industrial»
Universal Music Group (UMG), ABKCO y Concord Music Group han iniciado una demanda importante contra la empresa de distribución digital Believe y su subsidiaria TuneCore, alegando que estas compañías han sido cómplices de infracciones de derechos de autor a gran escala.
Según los demandantes, Believe y TuneCore han permitido una proliferación de artistas fraudulentos y grabaciones de sonido no autorizadas en diversas plataformas de streaming y redes sociales. Los demandantes buscan al menos $500 millones en daños por la presunta distribución no autorizada de canciones de artistas populares como Justin Bieber, Ariana Grande, Rihanna, ABBA y otros.
La demanda, presentada en un tribunal federal de Manhattan por los abogados Andrew Bart y Gianni Servodidio de Jenner & Block, describe una supuesta operación en la que Believe y TuneCore ignoran una avalancha de contenido infractor. Según los demandantes, estas plataformas están “inundadas” de artistas falsos y sellos piratas que distribuyen versiones no autorizadas de canciones conocidas. Muchas de estas grabaciones ilícitas son casi idénticas a las originales, con alteraciones menores, como tempos más rápidos, ligeros remixes o pequeñas variaciones en los nombres, como “Jutin Biber” o “Kendrik Laamar”, diseñadas para evitar la detección. La demanda afirma que Believe apoya conscientemente un modelo de negocio que depende de esta piratería en su “búsqueda de un crecimiento rápido”.
UMG acusa a Believe de explotar intencionalmente el sistema de gestión de contenido de YouTube para retrasar o redirigir los pagos de regalías destinados a los artistas y sellos originales. Incluso después de que se resuelven las disputas de propiedad de contenido, Believe supuestamente continúa distribuyendo estas pistas infractoras en otras plataformas y cobra regalías por ellas, enriqueciendo aún más a la empresa a expensas de los legítimos titulares de derechos. Un portavoz de UMG describió las prácticas de Believe como infracción de derechos de autor a escala industrial, afectando no solo a artistas de sellos importantes, sino también a músicos independientes.
El caso de Believe refleja un problema más amplio en la industria con la infracción de derechos de autor, a medida que la industria musical se vuelve cada vez más democratizada. Servicios como TuneCore, DistroKid y CD Baby permiten que los artistas lancen música rápidamente en plataformas como Spotify, Apple Music y YouTube. Sin embargo, esta comodidad puede ser explotada por malos actores, lo que lleva a una ola de subidas no autorizadas y reclamaciones fraudulentas en los sistemas de regalías. Para contrarrestar esta tendencia, TuneCore y otros servicios de distribución se unieron para crear iniciativas como “Music Fights Fraud”, que busca evitar que los estafadores salten entre plataformas para distribuir música sin licencia.
Esta no es la primera vez que TuneCore y Believe enfrentan problemas legales relacionados con reclamaciones de derechos de autor. En agosto de 2020, Round Hill Music Publishing demandó a TuneCore por lo que llamó “uso intencionado y no autorizado” de cientos de grabaciones de sonido, destacando un problema continuo para los distribuidores independientes.
A principios de este año, la empresa matriz de TuneCore, Believe, estuvo en el centro de un interés de adquisición por parte de Warner Music Group (WMG), que inicialmente consideró comprar la compañía, pero luego decidió retirarse. Finalmente, Believe optó por volverse privada, aceptando una oferta de un consorcio que incluye a TCV, EQT X y su CEO Denis Ladegaillerie.
La demanda contra Believe y TuneCore plantea preguntas sobre la necesidad de reformas regulatorias en la industria de distribución musical. UMG y otros sellos importantes han sido defensores vocales de políticas más estrictas en los servicios de streaming para prevenir la infracción de derechos de autor, una postura a la que Believe se ha opuesto históricamente. Según UMG, tales reformas podrían socavar la supuesta práctica de Believe de distribuir música sin licencia y cobrar regalías por ella. Si tiene éxito, la demanda podría establecer nuevos estándares de responsabilidad entre las empresas de distribución digital, posiblemente remodelando cómo se manejan la gestión de derechos y la aplicación de derechos de autor en la industria musical.
El resultado de esta demanda será significativo no solo para las partes involucradas, sino también para el futuro de la distribución musical digital y la gestión de derechos de autor. La industria está observando de cerca, ya que la decisión podría llevar a medidas de cumplimiento más estrictas para las plataformas que alojan y distribuyen música, protegiendo a los artistas y sellos discográficos de futuras explotaciones.