¿Cómo se calcularán los pagos por daños en las demandas contra empresas de IA?

El reciente fallo en el caso Thomson Reuters vs. Ross Intelligence ha sentado un precedente fundamental en la discusión sobre el «uso justo» en el entrenamiento de la inteligencia artificial generativa. La decisión del juez federal del caso estableció que la extracción de obras protegidas por derechos de autor sin consentimiento ni compensación no es un «uso justo», sino una infracción. Sin embargo, la pregunta que surge ahora es: ¿cuáles son las implicaciones monetarias de estos casos para los titulares de derechos? Y, más aún, ¿cómo calcularán los tribunales los daños en un escenario donde la extracción masiva de datos ya ha ocurrido y es irreversible?
¿Cómo se calculan los daños?
Bajo la ley de derechos de autor, los tribunales pueden otorgar dos tipos de compensaciones:
- Daños reales y ganancias adicionales del infractor: Esto se traduce en un «canon razonable» por el uso no autorizado de las obras protegidas.
- Daños estatutarios: Pueden oscilar entre 200 y 150.000 dólares por infracción, dependiendo de si la infracción fue considerada «inocente» o «intencionada».
Dado que las grandes empresas de inteligencia artificial han extraído datos de todo internet, el número de infracciones podría ser monumental. En el caso específico de The New York Times vs. OpenAI y Microsoft, la publicación reclama «miles de millones de dólares» en daños, lo que da una idea de las dimensiones del problema.
La perspectiva de los expertos
El analista del mundo del entretenimiento Peter Csathy, consultó con varios expertos sobre este asunto para su newsletter. Según Chad Hummel y Avery Williams, socios de McKool Smith, el cálculo de daños en estos casos es complejo. Aunque los daños estatutarios pueden ser elevados, existe un obstáculo: el requisito de registro de derechos de autor. Muchas editoriales que publican un gran volumen de contenido no registran cada obra individualmente, lo que podría afectar sus reclamos.
Una alternativa viable podría ser la imposición de un «canon razonable», un enfoque común en litigios de propiedad intelectual. En el caso Thomson Reuters vs. Ross Intelligence, el tribunal destacó la existencia de acuerdos de licencia como un factor clave para evaluar la infracción. Por lo tanto, los tribunales podrían usar este mismo criterio para determinar compensaciones justas en casos similares.
Impacto en la industria de la IA
Independientemente del enfoque que adopten los tribunales, es evidente que la inteligencia artificial generativa no se detendrá. La historia ha demostrado que, una vez que una tecnología es desarrollada y adoptada, no hay vuelta atrás. Tal como ocurrió con el internet, el streaming y las redes sociales, la IA generativa seguirá evolucionando.
Sin embargo, los litigios podrían frenar su crecimiento. Si los tribunales establecen indemnizaciones multimillonarias, las empresas de IA podrían enfrentar costos prohibitivos. Este escenario llevaría a una reconsideración de las estrategias de desarrollo y a una mayor presión para establecer acuerdos de licencia.
Hacia una solución sostenible
Según Csathy, las empresas de IA generativa tienen dos opciones:
- Seguir litigando, con los altos costos y riesgos financieros que ello implica.
- Establecer acuerdos de licencia con los titulares de derechos de autor, creando un ecosistema más sostenible y beneficioso para ambas partes.
Optar por licencias justas para el contenido permitiría a las empresas de IA evitar el desperdicio de recursos en litigios y, al mismo tiempo, fomentar la adopción de la tecnología sin generar conflictos legales. Además, garantizaría una compensación justa para los creadores de contenido, incentivando la innovación y el desarrollo de nuevas aplicaciones de IA generativa.
El debate sobre los derechos de autor en la inteligencia artificial generativa está lejos de resolverse, pero los tribunales ya están sentando precedentes importantes. Si bien las indemnizaciones teóricas podrían alcanzar cifras astronómicas, un enfoque basado en acuerdos de licencia podría ser la mejor solución para evitar conflictos innecesarios y permitir un crecimiento equilibrado del ecosistema de IA.
En definitiva, el futuro de la IA generativa dependerá de cómo se resuelvan estos litigios y de cómo las empresas tecnológicas se adapten a un entorno legal en constante evolución. La colaboración entre titulares de derechos y desarrolladores de IA podría ser la clave para garantizar un futuro donde la innovación y la protección de la propiedad intelectual vayan de la mano.