Editoriales intensifican las reclamaciones de derechos de autor contra X

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En una continuación de la reciente batalla legal, un grupo de editoriales de música ha presentado otro expediente en respuesta a la solicitud de sobreseimiento de X (anteriormente conocido como Twitter). Esta disputa legal se centra en la interpretación de la ley de derechos de autor de EEUU y plantea la pregunta fundamental de quién debe hacerse responsable de la infracción de derechos de autor en la era digital.

La demanda original de las editoriales de música, presentada en junio, alegaba que X «alimenta su negocio con innumerables copias infractoras de composiciones musicales, violando los derechos exclusivos de las editoriales y otros según la ley de derechos de autor». Este enfrentamiento legal no es nuevo, ya que la industria musical llevaba tiempo criticando a X por permitir a los usuarios publicar videos en su plataforma que contenían música protegida por derechos de autor sin asegurar las licencias necesarias.

El meollo de la cuestión radica en el «refugio seguro» de derechos de autor, una disposición legal que permite a plataformas como X evitar la responsabilidad por contenido infractor subido por sus usuarios si cuentan con un sistema de retiro efectivo para lidiar con las infracciones cuando los propietarios de derechos de autor los informan. Aquí es donde surge la disputa.

X alega que su sistema de eliminación de contenido es adecuado y que las editoriales no han logrado demostrar su responsabilidad por infracción directa o contribución a la infracción. Argumenta que la responsabilidad por infracción directa requeriría evidencia de conducta «volitiva» y que la contribución a la infracción requeriría evidencia de «pasos activos con la intención de fomentar la infracción». Sin embargo, las editoriales sostienen que no existen tales requisitos en la ley y creen que han proporcionado suficiente evidencia para mostrar que X tenía conocimiento y fomentaba las infracciones.

En lo que respecta a la llamada infracción vicaria, ambas partes están de acuerdo en que esto requeriría que X se beneficiara de la subida de música sin licencia en su plataforma. Sin embargo, las editoriales argumentan que, incluso cuando X estaba al tanto de infracciones repetidas, rara vez suspendía o cerraba esas cuentas, ya que esta actividad infractora promovía sus intereses financieros. X admitió que «las personas tienen más probabilidades de seguir una cuenta relacionada con la música que cualquier otro tipo de cuenta en X», lo que le proporciona contenido popular para monetizar a través de la publicidad.

Las editoriales insisten en que la solicitud de sobreseimiento de X debe ser rechazada en su totalidad.