El sector del directo seguirá en recesión tras la crisis sanitaria

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Parecía obvio, pero ahora los estudios lo confirman: la recesión del sector de los espectáculos en vivo tras la crisis y el confinamiento provocados por el coronavirus se dilatará más allá de las cuarentenas.

Así lo afirman las recientes investigaciones sobre el comportamiento de los consumidores sobre los efectos del COVID-19, que además de afectar a la industria de la música en directo, también lo hará en toda la economía a nivel global. Un estudio publicado por Performance Research and Full Circle Research Co. publicado a finales de marzo sobre una muestra de 1.000 estadounidenses revela que el 44% de los consumidores planea acudir a menos eventos públicos que antes una vez termine la crisis, y un 47% admite que, durante un tiempo prolongado, acudir a eventos multitudinarios les seguirá asustando. El 56% de los encuestados también afirma que se mantendrán lejos de los conciertos en salas, teatros o arenas aunque el recinto se haya confirmado como seguro, y que les llevará desde varios meses hasta un «quizás nunca» regresar a los conciertos indoors una vez que las medidas de cuarentena se rescindan.

Los espacios de música y recreación como bares y restaurantes, donde el contacto cercano es habitual, también se muestran afectados por los resultados de este estudio y tardarán en regresar a la normalidad.

Las preocupaciones también aluden a la recesión económica mundial, que algunos expertos indican que ya ha comenzado, y que se desencadena entre las consecuencias del coronavirus. Concretamente en la industria de la música en directo, Pollstar estima pérdidas que van desde los $2,2 hasta los $8,9 mil millones dependiendo del tiempo de reclusión y de la cancelación de espacios de relación social. 

Mark Mullingan de MIDiA Research afirma que nos encontramos en una situación similar a la crisis económica de finales de los 2000, cuando los consumidores se refugiaron en sus casas para reducir el gasto. Esto volvería a darse de nuevo en la presente recesión, sumando nuevos factores como la preocupación sobre los riesgos sanitarios en espacios públicos y la enorme oferta de contenido digital −entre ellas, música y televisión−, y la capacidad de seguir en contacto a través de redes sociales o videollamadas en casa: «los consumidores ahora tienen opciones de entretenimiento en el hogar mucho mejores que antes, por lo que el cocooning es una perspectiva aún más atractiva». Por su parte, las investigaciones sobre el coronavirus de MIDiA Research también muestran que la música en vivo será considerada un lujo que los consumidores ya planean reducir. 

Con cifras de crecimiento del consumo de televisión y de las plataformas de streaming, es evidente que el COVID-19 está favoreciendo a la industria del entretenimiento en pantalla. Según Mulligan, «el coronavirus está beneficiando a los modelos de negocio de streaming, especialmente en vídeo. La crisis golpeará al sector del entretenimiento, pero significativamente menos que al ocio». 

Al tiempo que los contenidos crecen, también parece aumentar la producción de música. Jason Tramm, de la Universidad de Seton Hall en Nueva Jersey, predice «una explosión de creatividad de los músicos encerrados. Creo que este tiempo de aislamiento e inestabilidad dará como resultado una explosión artística, ya que los artistas deben expresar llevan y cómo es estar dentro».