¿El streaming está destruyendo al planeta?
La transición del consumo de música del formato físico hacia el streaming ha hecho que escuchar música sea más barato que nunca antes. Sin embargo, esta transición también tiene un alto costo para el planeta, según un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Glasgow y la Universidad de Oslo, quienes aseguran que el daño causado por el consumo de música en streaming supera enormemente el causado por la era dorada de la producción de discos físicos.
El Dr. Kyle Devine, Profesor Asociado de Música en la Universidad de Oslo lideriza el proyecto en cuanto a la investigación del impacto ambiental que tienen los formatos de grabación. «La buena noticia es que la contaminación de plástico causada por la industria discográfica ha disminuido considerablemente desde los tiempos del vinilo. Sin embargo desde la perspectiva de emisiones de carbono, la transición hacia el streaming de música grabada desde dispositivos conectados a internet ha resultado en emisiones significativamente más altas que en cualquier otro punto de la historia de la industria«.
En 1977, el año en que las ventas de LPs en vinilo alcanzaron su pico más alto en ventas, la industria discográfica utilizó 58 millones de kilos de plástico. En 1988, el pináculo de la venta de cassettes, la industria utilizó 56 millones de kilogramos. Y en el año 2000, el año de mas ventas del formato CD, la industria utilizó 61 millones de kilos de plástico. Luego, cuando las descargas y el streaming aparecen, la cantidad de plástico utilizado disminuye dramáticamente a unos 8 millones de kilos de plástico para el año 2016.
Estas cifras confirman la noción generalizada de que la música ya no es un bien material. Incluso podrían sugerir que el auge de las descargas y el streaming como medios principales de consumo han hecho que la industria sea más respetuosa con el planeta. Sin embargo cuando pensamos en la cantidad de energía necesaria para el funcionamiento del consumo en streaming, el panorama se torna bastante diferente. El almacenamiento y procesamiento de música online utiliza una considerable cantidad de recursos y energía, que repercuten negativamente sobre el planeta.
Para demostrar esto es necesario trasladar la producción de plástico y la generación de energía eléctrica (para el almacenamiento y transmisión de archivos de audio) a equivalentes de gases de efecto invernadero (GHGs)
La investigación demuestra que en 1977 se generaron 140 millones de kilogramos de GHGs, 136 millones de kilogramos en 1988 y 157 millones en el año 2000. Pero para 2016 la generación de GHGs producida por el almacenamiento y transmisión de música digital para usuarios de streaming se estima entre 200 y 350 millones de kilogramos, solamente en los EEUU.
El Dr. Matt Brennan, investigador de Música Popular en la Universidad de Glasgow lideriza el proyecto sobre el cambiante costo económico de la música grabada: «El objetivo no es decirle a los consumidores que no escuchen más música, sino obtener una perspectiva de los costos involucrados en nuestro comportamiento de consumo. Esperamos que nuestros hallazgos estimulen un cambio hacia opciones de consumo más sostenibles y que recompensen justamente a los creadores mientras que al mismo tiempo ayuden a mitigar el impacto ambiental«.