Believe rechaza firmemente las acusaciones de infracción de Universal

image

Believe ha rechazado categóricamente las recientes acusaciones de infracción de copyright por parte de Universal Music Group y ha anunciado su intención de defenderse vigorosamente en los tribunales. En un comunicado oficial, la compañía aseguró que “Believe y TuneCore no comentan sobre litigios en curso” pero añadió que ambos consideran “de suma importancia el respeto a los derechos de autor.”

Además, señalaron que han implementado herramientas y procesos sólidos para combatir el contenido no autorizado, colaborando activamente con socios y actores de la industria para abordar este problema.

La demanda introducida por UMG, ABKCO y Concord Music Group, asegura que Believe ha logrado expandir su negocio mediante la difusión de grabaciones no autorizadas, incluyendo versiones manipuladas de canciones de artistas reconocidos. Estas versiones, a menudo publicadas como “remezcladas” o “aceleradas”, se distribuyen en plataformas digitales populares como TikTok, YouTube, Spotify, Apple Music e Instagram. La demanda subraya la proliferación de grabaciones con títulos o nombres de artistas ligeramente modificados, como «Kendrik Laamar» o «Arriana Gramde,» en un intento de evitar los sistemas de detección automática de infracciones.

La demanda exige una compensación de al menos 500 millones de dólares, argumentando que Believe se ha beneficiado de esta práctica al permitir que terceros suban versiones alteradas de temas populares. De acuerdo con UMG, estas prácticas perjudican tanto a los artistas de los grandes sellos como a aquellos de sellos independientes, muchos de los cuales también dependen de Believe para la distribución de su música. La demanda sostiene que Believe se ha posicionado como un “centro de distribución de copias no autorizadas” en el mercado de la música digital, lo que ha generado ingresos sustanciales para la compañía a costa de los titulares de derechos.

El conflicto entre Universal y Believe no es un caso aislado. La industria musical ha enfrentado una creciente preocupación por la aparición de versiones modificadas de grabaciones protegidas, especialmente en plataformas de rápido crecimiento como TikTok, donde el contenido musical se consume de forma fragmentada y a menudo sin control.

UMG ya había tenido un conflicto anterior con ByteDance, la empresa matriz de TikTok, que implicó la eliminación de más de 120 millones de videos en esa plataforma. La actual demanda contra Believe se basa en esta misma preocupación y busca establecer responsabilidades más claras para los distribuidores de contenido en la era del streaming digital.

Además, el caso sigue el precedente de la demanda de Sony Music en abril contra el artista Trefuego, quien utilizó un sample no autorizada en su tema 90mh. Este tipo de casos plantea preguntas fundamentales sobre el rol de los distribuidores en la protección de los derechos de autor, dado que la tecnología actual permite a los usuarios alterar el contenido y, en muchos casos, eludir la detección de los sistemas automáticos.

La demanda contra Believe representa un nuevo frente en el intento de los sellos discográficos por frenar la distribución de contenido manipulado que puede infringir los derechos de autor.