Brasil presenta un «Proyecto de Ley Taylor Swift» para frenar a los revendedores

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Los problemas causados por los revendedores durante la venta de entradas para la gira de Taylor Swift en América del Sur podrían desencadenar regulaciones similares a las propuestas en el Congreso de Estados Unidos.

Los fanáticos que intentaban conseguir entradas para el próximo concierto de la gira Eras de Taylor Swift en São Paulo han pasado por momentos difíciles. Después de pasar días haciendo fila, muchos fanáticos se quedaron con las manos vacías, ya que las entradas se agotaron en tan solo 40 minutos, con más de 2 millones de personas esperando en la fila antes de que las entradas estuvieran disponibles.

Se espera una gran demanda de entradas para ver a Taylor Swift, pero varios fanáticos informaron haber recibido amenazas de violencia por parte de revendedores que intentaban saltarse la fila. Agentes de protección al consumidor sacaron del lugar a unos 30 revendedores el lunes, y al menos diez fueron arrestados.

La reventa de entradas ya es un delito en Brasil, y quienes sean atrapados en el acto se enfrentan a una pena de hasta dos años de prisión, aunque las condenas a menudo se convierten en servicio comunitario. Sin embargo, el reciente fiasco llevó a una congresista brasileña a presentar un proyecto de ley para aumentar las sanciones por la reventa.

La nueva propuesta, liderada por la congresista centrista Simone Marquetto, aumenta la pena máxima por la reventa a cuatro años y establece multas de hasta 100 veces el precio que los revendedores pedían por las entradas. Para las entradas de Taylor Swift, las multas podrían llegar a $125,500 (BRL 600,000).

«La explotación de la población brasileña por parte de los llamados ‘revendedores’ en eventos pagados con una gran afluencia de público es pública y notoria. La actividad de estos revendedores priva a los menos afortunados, impidiéndoles asistir al espectáculo deseado, y constituye un verdadero delito contra la economía pública», dice Marquetto.

«Hay muchos ejemplos que demuestran que las preocupaciones expresadas anteriormente están justificadas. El caso más reciente es el de la venta de entradas para un concierto de un cantante internacional», continúa Marquetto sin mencionar a Swift por su nombre. «Los fanáticos afirman que los revendedores compraron una gran cantidad de entradas, lo que hizo imposible que otros consumidores pudieran adquirirlas».