Caso de fraude en streaming recibe sentencia de 2 años de prisión

En un fallo histórico que podría marcar un antes y un después en la lucha contra el fraude en la industria musical, la sentencia de un caso de manipulación de reproducciones en plataformas de streaming ha sido aumentada por unTribunal en Dinamarca. La decisión no solo refuerza la ilegalidad de estas prácticas, sino que también envía una clara advertencia a quienes intentan lucrarse de manera fraudulenta a expensas de los artistas y titulares de derechos.
El tribunal ha elevado la pena impuesta previamente por el tribunal de distrito, al encontrar pruebas contundentes de un fraude masivo que asciende a 3,5 millones de coronas danesas (DKK). El acusado, un hombre de 54 años residente en Jutlandia Oriental, ha sido condenado a dos años de prisión, de los cuales deberá cumplir al menos tres meses. Además, se ha ordenado la confiscación de 1,5 millones de DKK de su patrimonio personal y 2 millones de DKK de su empresa, que también ha sido multada con 300.000 DKK.
El fraude consistió en la manipulación del número de reproducciones de diversas obras musicales registradas bajo el nombre del acusado en plataformas de streaming. A través de este esquema, recibió ilegalmente regalías que correspondían a músicos genuinos. Además, varias de las obras fraudulentas eran versiones modificadas de música copiada de artistas daneses, lo que también constituyó una violación de derechos de autor.
El caso fue inicialmente denunciado en 2018 por la Rights Alliance en representación de diversas organizaciones del sector musical, incluyendo Koda, IFPI, la Unión de Músicos de Dinamarca y la Unión de Artistas de Dinamarca. Sin embargo, el tribunal optó por no incluir las reclamaciones de compensación de los titulares de derechos en este proceso penal, dejando su resolución para un juicio civil posterior.
Maria Fredenslund, CEO de la Rights Alliance, destacó la importancia del fallo, afirmando que «la manipulación del streaming de música es ilegal y debe ser castigada». Sin embargo, expresó su preocupación por la exclusión de las reclamaciones de compensación del caso penal, lo que genera una carga adicional para los titulares de derechos y el sistema judicial.
Por su parte, Gorm Arildsen, CEO de Koda, celebró la decisión como «un paso crucial en la lucha contra el fraude en la industria musical». Lasse Lindholm, de la IFPI, calificó el fraude en streaming como «un robo cínico» y se mostró satisfecho con la contundencia del fallo. Mientras tanto, Sara Indrio, de la Unión de Artistas de Dinamarca, subrayó la necesidad de mayor transparencia en los modelos de negocio del streaming para prevenir futuros abusos.
Este caso es uno de los más significativos a nivel mundial en la lucha contra la manipulación de reproducciones en streaming. Sin embargo, el problema está lejos de resolverse. Con el avance de la inteligencia artificial y el crecimiento del mercado de «granjas de streams», el fraude podría evolucionar y sofisticarse aún más.
Plataformas como Deezer han reportado un aumento exponencial en la carga de contenido generado por IA, con 10.000 nuevas pistas subidas diariamente, lo que representa el 10% del total de nuevas obras. Esto plantea un desafío considerable para la industria, que debe encontrar el equilibrio entre fomentar la innovación tecnológica y evitar que estas herramientas sean utilizadas con fines fraudulentos.
El fallo del Tribunal Superior Occidental establece un precedente crucial y envía un mensaje claro: la manipulación del streaming no quedará impune. A medida que la industria musical continúa evolucionando, será fundamental fortalecer las medidas de protección contra el fraude y garantizar que las regalías lleguen a quienes realmente las merecen: los artistas y creadores de música.