Generador de música con IA Suno recauda $125 millones, valorando la empresa en $500 millones

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Suno, una aplicación de creación de música que utiliza inteligencia artificial para generar composiciones, ha conseguido 125 millones de dólares en una ronda de financiación de Serie B. La startup ha llamado la atención por su capacidad para crear música que, según algunos, es «inquietantemente buena».

Entre los inversores en Suno se encuentran Lightspeed Venture Partners, Founder Collective y Nat Friedman, ex CEO de Github. La ronda de financiación valora a la empresa en 500 millones de dólares.

Suno ha ganado popularidad desde que un artículo de Rolling Stone a principios de este año describiera cómo la tecnología de IA de la empresa podía crear música con un sonido auténtico que incluso desconcertaba a sus propios creadores. La aplicación utiliza ChatGPT de OpenAI para generar letras y sus propios algoritmos patentados para crear música y voces.

Sin embargo, han surgido preocupaciones sobre si el modelo de Suno se entrenó con música con derechos de autor sin la licencia de los titulares de los derechos. Algunos han notado similitudes sorprendentes entre la música generada por Suno y canciones con derechos de autor como «Bohemian Rhapsody» de Queen y «Dancing Queen» de Abba.

Los fundadores de Suno han negado cualquier irregularidad y han enfatizado que su tecnología no permite a los usuarios solicitar música creada al estilo de ningún artista específico. Sin embargo, un inversor temprano en la empresa ha reconocido la posibilidad de que Suno pueda enfrentar demandas de sellos discográficos y editoriales.

Este caso refleja un problema más amplio en torno al desarrollo de IA y los derechos de autor. Los desarrolladores de IA argumentan que debería haber una exención de «uso justo» para el entrenamiento de la IA, similar a la que se aplica a los materiales educativos. Sin embargo, la industria musical se opone a esta idea, argumentando que la IA puede generar contenido que compite directamente con el material protegido por derechos de autor con el que se entrenó.

La Unión Europea ha intentado abordar este problema con su Ley de IA, que requiere que los desarrolladores de IA obtengan autorización de los titulares de derechos de autor para utilizar materiales protegidos por derechos de autor en el entrenamiento de sus modelos. Sin embargo, la ley incluye exenciones para la investigación y no está claro qué tipo de IA califica como «de propósito general».

A medida que la IA continúa desarrollándose, es probable que los debates sobre los derechos de autor y el entrenamiento de modelos se intensifiquen. El caso de Suno es solo un ejemplo de los desafíos legales y éticos que plantea esta tecnología emergente.