Jurado ordena a Robin Thicke y Pharrell Williams a pagar $7.4 millones por plagio de “Blurred Lines”
El día de ayer, 10 de marzo de 2015, un jurado federal del estado de California ha dictaminado que “Blurred Lines” una de las canciones más exitosas del siglo fue impropiamente apropiada a partir del tema de 1977 “Got to Give it Up” del icónico artista del soul estadounidense Marvin Gaye.
Un jurado conformado por cinco mujeres y tres hombres ha decidido ordenar a Robin Thicke y Pharrel Williams la cantidad de 4 millones en daños y perjuicios de derechos de autor más las ganancias atribuibles a la infracción, que para Thicke se determinó en $1.8 millones y para Williams en $ 1.6 millones.
Richard Busch, abogado de la familia Gaye, dijo que está buscando una orden judicial inmediata para detener la venta y distribución de la canción y que esto es algo típico en estos casos que conduce a un acuerdo fuera de la corte.
Este resultado sorpresivo en torno a una canción que ha generado más de $16 millones tendrá repercusión dentro de la industria, donde las demandas por derechos de autor son bastante comunes, pero muy pocas llegan siquiera a ir a juicio. El caso de “Blurred Lines” no solo recorrió todo el camino, sino que ambos lados trajeron abogados de alto prestigio para convencer al jurado. Howard King, que representó a Thicke, Williams y al rapero TI (también conocido como Clifford Harris Jr.), habló sobre cómo los artistas necesitan amplio espacio en sus actividades creativas. Durante los argumentos de apertura, le dijo al jurado, «Vamos a mostrar lo que ya es conocido: Que nadie es dueño de un género o un estilo o un sonido. Estar inspirado por Marvin Gaye es algo honorable.»
Durante semana y media, King se encargó de ejecutar una estrategia doble: en primer lugar, destacó que Frankie y Nona Gaye sólo eran titulares de elementos compositivos del «Got to Give It Up», lo cual dejaba libres los elementos más reconocibles de la grabación como la percusión y canto. En segundo lugar, trajo testigos que declararon sobre las diferencias entre «Blurred Lines» y «Got To Give It Up», así como las similitudes en otras canciones famosas.
El caso resultó ser negativo para Thicke gracias a algunas deposiciones expuestas indicando que había mentido en entrevistas a los medios, y que había estado intoxicado con alcohol y Vicodin mientras grababa en el estudio con Williams.
El cantante intentó defenderse, mostrando que las canciones pueden ser “cosidas” juntas con facilidad y que las percepciones sobre similitudes pueden ser engañosas. Durante el juicio, cantó un popurrí que incluía «With or Without You» de U2, «Let It Be» de The Beatles, «Forever Young» de Alphaville, «No Woman No Cry» de Bob Marley y «Man in the Mirror” de Michael Jackson.
Williams también testificó acerca de su proceso creativo al componer, admitiendo ante el jurado que “Blurred Lines” canalizaba ese “feeling de los 70s” y que admiraba a Gaye, pero que “sentir” no representa infringir derechos de autor. “La última cosa que quieres hacer como creador, es tomar algo de alguien más cuando a ese alguien le admiras”, indicó Williams.
En un principio la familia Gaye se vió impedida por el juez para utilizar la grabación original de “Got to give it up” en el juicio, debido a que los derechos de Gaye solamente abarcaban la composición en las hojas de música. Sin embargo, luego les fue permitido reproducir una versión simple de la canción durante el juicio.
Para demostrar la infracción, Busch se apoyó en los musicólogos que testificaron sobre las similitudes en las frases clave, ganchos, la interacción entre bajo y teclado, la letra y el tópico de las canciones.
El mega éxito de la canción también jugó un papel importante en la decisión del caso. Busch presentó expertos en contabilidad que hablaron sobre todo el dinero generado: $5.6 millones en ganancias para Thicke, $5.2 millones para Williams, $700.000 para T.I y el resto de los $16.7 millones en ganancias generales percibidos por las discográficas Interscope, UMG Distribution y Star Trak. La familia Gaye también buscó obtener una parte de los $11 millones generados por presentaciones en directo de la canción así como dinero para gastos generales y daños legales por infracción deliberada.
En total, la familia Gaye solicitaba una suma superior a los $25 millones, un monto estratosférico que haría palidecer a la única instancia en la que se ordenó pagar por infracción de copyright a Michael Bolton y Sony por el plagio de la canción “Love is a Wonderful Thing”.
El veredicto se ha convertido ya en un hito para la historia de las batallas legales en la industria de la música que resonará por largo tiempo.
Fuente: THR