Justin Bieber podría vender los derechos de su música a Hipgnosis por $200 millones
Según un reporte de The Wall Street Journal, Justin Bieber está a punto de llegar a un acuerdo para vender sus derechos musicales a Hipgnosis Songs Capital, respaldada por Blackstone. Las fuentes dicen que el acuerdo está valorado en alrededor de $200 millones e incluye su participación en sus catálogos de composiciones y música grabada. Según las fuentes esta «sería la mayor adquisición de derechos musicales para Hipgnosis hasta la fecha».
Bieber ha lanzado seis álbumes, el más reciente de los cuales fue Justice, a través de Def Jam/Universal Music en marzo de 2021. Sus canciones se consideran jóvenes en el mercado de derechos de autor de la música, que se ha disparado principalmente gracias a los artistas ya legendarios que sacan provecho del trabajo de su vida.
Aunque artistas como Bob Dylan, Stevie Nicks y Bruce Springsteen han buscado acuerdos para ayudar a consolidar sus legados y participar en los beneficios fiscales, algunos artistas más jóvenes, como John Legend y Ryan Tedder, también se han movido para capitalizar el mercado.
Si se llega a un acuerdo, Hipgnosis recaudaría ingresos de los flujos de regalías de música grabada y composiciones de Bieber. Universal Music Group aún es titular de los masters del artista y también administra su catálogo como compositor.
En este acuerdo, Bieber dejaría de recibir las regalías por las reproducciones y venta de su música, así como las regalías originadas por las composiciones, ya que estaría cediendo todos sus derechos a Hipgnosis, la cual tendría total control sobre la música publicada por el artista hasta el momento.
Para un artista tan joven como Bieber, un acuerdo de este tipo tiene muchísimo sentido, pues se asegura una enorme entrada de capital, si los reportes son correctos, de $200 millones y a su vez tiene el resto de su carrera para seguir cosechando éxitos y generar ingresos por su música.
Muchos inversionistas han dicho que la música antigua es una inversión más segura, especialmente porque el consumo en streaming de catálogos de hace décadas se ha disparado. Algunos consideran que invertir en música más nueva es de mayor riesgo porque su popularidad a largo plazo no se ha probado. Después de que la música se lanza por primera vez, su consumo y los ingresos que genera aumentan al principio y luego tienden a decaer durante aproximadamente una década. Finalmente, una canción o un catálogo alcanza un ritmo de reproducción constante y predecible.