Las dos caras de la escena y los festivales en España
Ya es sabido, pero, por si acaso, vivimos la economía de la relevancia, donde hay que diferenciarse mucho para destacar entre un mercado inundado de propuestas. Y así pasa con los festivales, que parece que no eres nadie si no tienes uno.
Cara A
Es cierto, que, a poco que hayas ido a uno, los festivales son la bomba. Te puedes ver seis propuestas interesantes en una tarde, mientras te encuentras con más amigos que en el Facebook, y todo con la sensación de estar en una pequeña ciudad hecha para ti y los tuyos.
Nos quejamos de que los precios son caros, pero hecha cuentas de grupos que quieres ver, otros que vas a descubrir y divide; verás que la cosa no es para tanto – salvo que te pongas a pedir cervezas para ti y para “tus amigos del alma”-.
En cuanto a negocio y aportación al sector, son los festis los que están tirando del carro, ya que mueven y reparten cantidades ingentes de dinero, atrayendo además grandes marcas al sector, y haciendo que estas se queden y paguen. Dinero que luego usan para competir con el cartel entre ellos, qué podemos decir: de pié y aplaudiendo.
Cara B
Pero no todo son “días de vino y rosas”. ¿Cuál es la contrapartida de este boom? Pues que el circuito anual y las salas pequeñas y medianas cada vez lo tienen más difícil.
Y no nos equivoquemos, es en el circuito donde se lanzan nuevas propuestas, donde se genera cantera, y donde se afianzan ingresos mensuales que permiten vivir a todo un sector de forma más estable.
Es algo así como las superproducciones de Hollywood: cada vez son más desproporcionadas y caras, lo que acaba yendo en su propia contra, porque las hace menos rentables y con mayores necesidades de capital. Además, esto impide que propuestas más pequeñas, y proporcionalmente menos espectaculares, salgan a la luz.
Lo mismo ocurre con el circuito musical, y repercute de igual manera en los cimientos de esta industria: que deberían estar llenos de bandas, instrumentos, conciertos, locuras , riesgos y, sobre todo, algo de dinero a fin de mes.
Bonus track
Esta cara B tiene un enmienda clara, y es que las personas no somos marionetas, y decidimos y hacemos, por mucho que – también- nos condicione el entorno.
Ha habido festivales, uno en concreto, que, viendo esto, ha creado un sello, y se esfuerza cada año, para mantener propuestas interesantes en salas pequeñas y medianas, más allá de los tres días de su festival. Parece ser que, a pesar de que lo haga alguien con tanto renombre, la cosa no acaba de cuajar, pero valga y quede clara la intención, de las que muchos podrían tomar nota y aprender para que, algún día, podamos tener un tejido musical y -oh Dios mío- cultural vivo, viable, atrevido y con todos los tiempos verbales.
Conclusion
Al “mater España” le caben muchas críticas, y el “si no montas un festi no eres nadie” está generando mucha distorsión, o mucho ruido y pocas nueces. Pero hay una parte que tiene que ver con nosotros, el público, y con nosotros también, la industria, pues si queremos dejar de correr riesgos, y queremos tirarnos de cabeza a las tendencias, iremos siempre a la caza y espera de Mr.Marshall, y es una pena, porque, sinceramente, todos estamos para más.