Manuel Colmenero: «De nada sirve un buen sonido sobre una mala letra o una melodía mediocre»

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Manuel Colmenero - Sonobox Estudio

Luego de recibir el Premio de la Música Independiente en España a la «Mejor Producción Musical» por el disco La Deriva de Vetusta Morla, charlamos con Manuel Colmenero, productor musical y socio fundador junto Javibu Carretero de la casa productora Sonobox, sobre la que ya en alguna ocasión os hemos hablado. En esta ocasión para conocer un poco más el día a día de una casa productora desarrolladora de proyectos, su visión sobre la tecnología y el de un estudio de grabación de primer nivel en España.

IM: Conversando con Roberto Grima, Head promoter de Live Nation Madrid, resaltaba la importancia que tiene en el mundo del directo, tener un business plan a medio-largo plazo. Actualmente en el mundo tecnológico se establecen grandes imperios y empresas muy valoradas en muy poco tiempo, ahora bien cómo se traduce esto en un negocio como puede ser el de la grabación o producción de material fonográfico.

MC: Mi percepción es que estamos atravesando una travesía del desierto debido a la profunda estructuración del modelo de negocio de la música. El mundo online ha cogido un claro protagonismo y el streaming va en crecimiento progresivo, pero el sistema de repartos hacia artistas, productoras y discográficas deja mucho que desear y esta todavía por definirse de manera que sea mas equitativo y produzca una nueva sosteniblidad de los artistas y los proyectos. Dentro de esta travesía, para una productora musical y estudio de grabación como es nuestro caso, debe primar la cautela tanto en la inversión de proyectos como en la tecnológica. Hay que estar permanentemente en pleno update y upgrade, tanto mental y artístico como técnico, pero la clave es discernir realmente qué pueden ofrecerte los fabricantes tecnológicos a tu sistema de producción que realmente te aporte y te haga crecer y qué cosas son innecesarias y forman parte de planes de marketing para crear necesidades que no existen como tales. Las empresas tecnológicas podrán crecer a un ritmo vertiginoso, pero difícilmente podrán estar en sincronía de crecimiento con una industria musical tan tocada como es la de España, con tan poco apoyo y reconocimiento.

[colored_box color=»blue»]«De nada sirve un buen sonido sobre una mala letra o una melodía mediocre»[/colored_box]

IM: ¿Cuál es la rutina de Sonobox y cómo trabajan sus producciones musicales? ¿Qué los mantiene vigente y cómo han evolucionado?

MC: La rutina en Sonobox es movida por el mismo motor que impulsó hace 20 años la creación del proyecto, y es la ilusión y el amor por la Música y el oficio que ejercemos. Y dentro de esto, es el profundo respeto a los artistas que nos depositan su confianza y el respeto también a todas las manifestaciones musicales. El día a día nos puede coger o grabando, mezclando o masterizando para una de nuestras producciones o para algún cliente o artista que nos ha pedido este tipo de trabajo. O podemos estar en un local de ensayo preparando con una banda la preproducción de su próximo álbum o la gira para su próximo directo. O grabando fuera del estudio en algún lugar cuya personalidad sonora nos parece interesante para una producción.

Nuestra forma de trabajar las producciones es muy artesanal, no en el sentido de falta de medios, sino en cuanto al cuidado de los detalles y el tiempo que empleamos. Para nosotros lo que mueve todo esto y el eje central es la buena calidad de las canciones. Por eso somos tan exigentes con los repertorios. De nada sirve un buen sonido sobre una mala letra o una melodía mediocre. Tampoco somos partidarios de anticipar cada fase de la producción sin que la anterior esté bien asentada y cuente con el consenso con el artista.

Lo que nos mantiene vigentes yo creo que, como decía anteriormente, es estar en estado permanente de update y upgrade mental. Tener los oídos siempre muy abiertos y no establecer prejucios hacia nada ni nadie.

IM ¿Qué elementos toman consideración antes de trabajar en un proyecto. Los artistas los eligen o ustedes a ellos?

MC: Antes de trabajar en un proyecto, hay dos aspectos fundamentales: En primer lugar, la conexión a nivel personal con el artista. Tiene que haber un entendimiento y una complicidad a la hora de trabajar. Si no, difícilmente se podrá hacer un buen álbum. Es importante disfrutar del proceso. Eso también impregnará positivamente la producción. En segundo lugar, buenas canciones. Los años nos han enseñado que lo más honesto es no empezar una producción si no hay buenos temas porque si no, la producción pasará a ser mera pirotecnia encubridora de las carencias de una mal repertorio.
La elección de los proyectos es bidireccional. A veces somos llamados porque han escuchado nuestro trabajo con otros artistas. En otros casos llamamos nosotros porque sentimos que hay mucho talento y el proyecto merece la pena.

[colored_box color=»blue»]«la magnífica conexión con los vetustos desde el principio, hizo que nos embarcáramos en una “joint venture” rumbo a lo desconocido»[/colored_box]

IMBisbal, Bustamante, Malú, Nena Daconte, David de Maria, Sabina, son algunos de los grandes nombres que han sido trabajados en vuestro estudio, pero hay un proyecto en particular que por diferentes componentes me gustaría nos hablaran. ¿Cómo es fue la experiencia de dar ese salto y pasar de estudio de grabación a casa productora con Vetusta Morla? ¿Qué nos pueden contar de lo que ha sido esta experiencia, cómo ha cambiado vuestra forma de pensar y qué aprendizaje se han llevado de ese recorrido?

MC: Desde el nacimiento de Sonobox siempre entendimos y hemos tenido una doble visión de ser empresa de servicios, pero también de proyectos debido a nuestro ímpetu de desarrollar y trabajar en proyectos que nos resultan interesantes y que pensamos que puedan aportar al panorama musical. Y esto es previo a empezar a trabajar con Vetusta. De hecho, conocimos a Vetusta porque yo había grabado con Álvaro, bajista del grupo, en el primer Sonobox y porque compartían local en Tres Cantos con XXL, una banda de new metal, que previamente al trabajo con Vetusta, habíamos producido y ayudado a desarrollar desde Sonobox. Todo esto y la magnífica conexión con los vetustos desde el principio, hizo que nos embarcáramos en una “joint venture” rumbo a lo desconocido, pero con una fe tremenda en lo que estábamos haciendo y en la personalidad diferencial de la banda.

El aprendizaje ha sido inmenso. Todo el camino ha sido la consecución de un reto tras otro, no libre de obstáculos. En primer lugar, nos cogió justo en el momento que sentíamos que las discográficas empezaban a derrumbarse en el modelo que durante años habían tenido e iniciaban su proceso de catarsis. Era el nacimiento incipiente de MySpace y del poder expansivo de Internet. Se abrían canales nuevos y otra forma de poder hacer las cosas. Entrábamos en la horizontalidad que permite Internet y el mayor acceso. Esto ayudó en el hecho de que ninguna discográfica se interesase por el proyecto y tuviéramos “Un Día en el Mundo” en un cajón durante meses. Otro aprendizaje de todo esto es que la suma de un colectivo cuando comparte un objetivo común sin fisuras y persevera, puede alcanzar cotas inimaginables.

[colored_box color=»blue»]«el grabar con alguien que tenga experiencia y hacerlo en un sitio con una acústica controlada tiene muchísimas ventajas»[/colored_box]

IM: ¿Qué papel juega el productor musical y un estudio profesional en una época en que incluso algunos artistas han logrado irrumpir gracias a grabaciones caseras? O crees que esto no es viable

MC: La tecnología ha permitido el acceso,  pero también cierta degradación en el oficio. Anteriormente, para acceder al puesto de ingeniero de sonido o productor, tenías que hacer un camino en el que empezabas limpiando el estudio y poniendo tés y cafés, posteriormente tirarte años aprendiendo y entendiendo las técnicas de microfonía, hasta que tenias una «suelta» y ya estabas capacitado para poder mezclar. Hoy esto se ha perdido. Hay gente en sus casas grabando canciones llenas de alma y frescura, pero hay otros casos donde se hacen verdaderos “atentados sonoros” por esta falta de oficio y que posteriormente hay que arreglar en un estudio profesional. Creo que después de este “hype” que ha existido con el acceso a la tecnología, cada vez más vuelve a haber una concienciación de que cuando llega el momento de hacer un proyecto importante y profesional, el grabar con alguien que tenga experiencia y hacerlo en un sitio con una acústica controlada tiene muchísimas ventajas. En este sentido, también el papel del productor tendrá vigencia. Tener una visión externa y un feedback permanente en todo el proceso y enfocar la creación para que llegue al mejor puerto posible, es algo que muchos artistas van a demandar siempre.

[colored_box color=» blue»]«se están estableciendo hábitos de escucha y de consumo en dos direcciones: la del día a día y de consumo masivo , donde entra el streaming principalmente, y una más “delicatessen”[/colored_box]

IM: Desde el punto de vista de productor musical cómo percibes el consumo de música a través de sistema de streaming o formatos digitales. ¿Crees que es un “irrespeto” a vuestro trabajo, al sonido y experiencia que los músicos deseaban transmitir? ¿Qué opinas de la nueva tendencia de streaming de alta fidelidad con plataformas como Tidal (HiFi: Flac 1411 kbps – Lossless 16 bit/44.1 khz) o Deezer Elite?

MC: Creo que esto ha evolucionado a mejor y estamos ya en unos términos de calidad bastante aceptables. Venimos de una época de un mp3 de calidad muy degradada que sí era muy “irrespetuoso” pero que, afortunadamente, ha ido mejorándose desde plataformas como Itunes, Spotify y Youtube. Creo que todo esto se resolverá cuando haya un “ancho de banda” de verdad, donde el consumidor pueda hacer streaming o pagar por los archivos tal cual se crearon en el estudio, con la misma resolución y calidad. El streaming de alta fidelidad me parece un valor añadido que tendrá poca duración y sentido si un verdadero ancho de banda no se hace accesible. Creo que se están estableciendo hábitos de escucha y de consumo en dos direcciones: la del día a día y de consumo masivo , donde entra el streaming principalmente, y una más “delicatessen”, donde entran formatos como el vinilo que está recibiendo una clara expansión y crecimiento.

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