Música grabada en España crece 12,43% en 2022

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El mercado de la música grabada en España tuvo un crecimiento del 12,43% en 2022, alcanzando un total de ingresos de 462 millones de euros, según el balance económico publicado por PROMUSICAE.

Las ventas digitales representan el 86% de la música consumida en el país, con un ingreso de 345 millones de euros, y el streaming es el principal generador de ingresos en el mercado musical, con un 98% de las ventas digitales proviniendo de esta fuente.

El audio es el formato predominante en el streaming, con las plataformas de audio generando 280 millones de euros y las de vídeo 60 millones. El consumo digital de audio y vídeo aumentó en un 13% y 16%, respectivamente, respecto al año anterior. Se estima que 17 millones de españoles utilizaron plataformas de servicios de streaming de audio en 2022, con 5,2 millones de ellos pagando suscripciones premium, un 18% más que en 2021.

La música grabada sigue teniendo una presencia destacada en redes sociales, como Facebook, Instagram y TikTok, con el 63% de los españoles indicando que la música juega un papel central en el tiempo que dedican a estas aplicaciones. Las descargas permanentes y la venta de productos para móviles contribuyen al mercado digital con 5 millones de euros.

En el mercado físico, el vinilo se mantiene como un gran sostén, anotando un crecimiento del 15% en 2022 y generando un valor de 29 millones de euros, lo que representa el 52% del mercado físico en facturación.

El CD sigue siendo relevante, con ventas de 26 millones de euros y representando el 47% de las ventas de producto físico. Se compraron más CDs que vinilos, con 2,6 millones de unidades frente a 1,7 millones de vinilos, pero el público está dispuesto a pagar más por el formato de vinilo, lo que atrae tanto a nostálgicos como a nuevas generaciones.

El balance económico refleja el constante esfuerzo de innovación, testeo y adaptación de la industria discográfica para que la música esté presente en todas las plataformas y aplicaciones que surgen, acercándola a los consumidores en formatos cada vez más diversos en función de la demanda del momento.

En general, los resultados indican que los consumidores están dispuestos a pagar por la música, incluso en un contexto de incertidumbre económica. Sin embargo, el mercado aún está lejos de los máximos históricos y de los porcentajes de suscripciones premium que arrojan otros países con mercados más maduros y concienciados.