Nuevo fraude en streaming: canciones manipuladas subidas por terceros

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En un reciente episodio del podcast de MBW, Rasty Turek, CEO de Pex, una empresa que se especializa en rastrear y analizar contenido protegido por derechos de autor en servicios digitales, conversó sobre un nuevo dilema para los titulares de derechos de música en las plataformas de streaming.

Según Turek, existen más de un millón de canciones etiquetadas como «audio modificado«, que son versiones alteradas de canciones originales que han sido aceleradas, ralentizadas o de alguna manera manipuladas, presentándose como grabaciones completamente nuevas. El problema radica en que, a menos que estas pistas hayan obtenido licencia legalmente de la grabación original, están infringiendo derechos de autor y afectando las regalías de los artistas originales.

Ejemplos como una versión acelerada de «Without Me» de Halsey con más de 6 millones de reproducciones en Spotify, o una versión modificada de «Something Just Like This» de Coldplay y The Chainsmokers con más de 12 millones de reproducciones, resaltan la magnitud del problema. La situación es alarmante, ya que no solo se trata de una infracción de derechos, sino también de una pérdida económica para los artistas originales.

Según la investigación de Pex, al menos el 1% de toda la música presenta algún tipo de modificación de audio, y los sistemas actuales no están capturando esta realidad. Esto implica que una parte significativa de la música está mal atribuida, privando a muchos artistas de regalías justas.

El problema se agrava al examinar modelos de pago alternativos, como el MLC en los Estados Unidos, que enfrentan dificultades para identificar estas modificaciones debido a la naturaleza de los metadatos. La falta de una atribución adecuada significa que compositores y escritores están aún más alejados de recibir pagos justos. Aquí, Turek señala la responsabilidad de las plataformas y servicios de streaming en el control de calidad y atribución correcta.

La industria musical se ve amenazada por una cantidad significativa de dinero que se desvía de artistas legítimos hacia otros, debido a la falta de atribución adecuada. Turek destaca que el cambio debe comenzar desde las plataformas, argumentando que si Spotify asume un papel proactivo y establece estándares más estrictos, los distribuidores seguirán su ejemplo.

Aunque Turek prefiere un enfoque positivo sobre el problema, instando a las plataformas a adoptar herramientas que faciliten la atribución correcta, también reconoce la necesidad de un cambio en los incentivos. En un mundo donde la tecnología está disponible para abordar este problema, la falta de acción parece derivarse de la percepción de las plataformas de que es un problema de baja importancia.

El llamado de Turek a la acción impulsa la esperanza de que este problema se resuelva eventualmente. Al resaltar la tecnología disponible para resolver el problema y el hecho de que no es un desafío técnico difícil, sostiene que el cambio es posible si las plataformas asumen la responsabilidad y establecen estándares más altos.