Spotify recibe una segunda demanda por infracción de copyright

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Spotify logo 2015

2016 no ha arrancado muy bien para Spotify desde el punto de vista de negocio pues la compañía acaba de recibir una segunda demanda colectiva sobre supuesta violación sistemática e intencional de los derechos de autor.

A finales de diciembre el servicio de streaming recibió una primera demanda del compositor y artista David Lowery en el que argumentaba que Spotify había reconocido públicamente que no había pagado correctamente en Estados Unidos a los titulares de los derechos mecánicos (Los que se generan de la parte editorial) y por que por el cual, en base a daños y perjuicios, se solicitaba una compensación de 150$ millones.

Ahora Spotify ha recibido una segunda demanda, ésta de parte del compositor y dueño de la compañía editorial  Nine Two One Music y Right On Records/Publishing, Melissa Ferrick, que como Lowery, Ferrick reclama daños y perjuicios por supuesta «infracción de copyright por reproducción y distribución sin licencia durante los últimos tres años» y reclama 200$ millones.

Ambas demandas han llegado justo después de que James Duffett-Smith, jefe global de relaciones editoriales de Spotify, comunicó que la compañía iba a invertir recursos y conocimientos técnicos para construir un sistema de administración de edición para resolver el problema al complejo sistema de “publishing” que dificulta la propia repartición de dichos derechos.

Según Ferrick este proceso de inversión de Spotify debería haberse llevado a cabo antes de que decidieran reproducir y distribuir los fonogramas, no cuatro años después de que Spotify se lanzara en Estados Unidos.

Algunas fuentes de Billboard apuntan que Ferrick es cliente de Audiam, compañía de Jeff Price que ya estuvo detrás del conflicto entre Victory Records y Spotify

En respuesta a Ferrick, el portavoz de Spotify, Jonathan Prince, comentó: «Estamos comprometidos con el pago a los compositores y editores. Por desgracia, sobre todo en Estados Unidos, los datos necesarios para confirmar los titulares de los derechos correspondientes a menudo falta, es incorrecta o bien incompleta

Para comprender el conflicto, es importante mencionar que el problema pasa porque en la obtención de las licencias por parte de los servicios de streaming bajo demanda no necesitan obtener las licencias mecánicas de las editoriales para incluir el catálogo y además las discográficas, en la que las licencias si son requeridas, no están obligadas a proporcionar la publicación de la información asociada a sus grabaciones de sonido, por lo que los servicios de streaming no siempre saben que editores hay detrás para ponerse en contacto y pagarles.

Por ahora, Spotify ha sido el primer demandado, pero según como evolucionen estas demandas en Estados Unidos, se podrían extender a otros servicios de streaming debido a que no es un problema exclusivo de Spotify, sino de todos los servicios de streaming bajo demanda que operan en Estados Unidos.