El difícil panorama de los festivales en Reino Unido ¿Podría España tomar el mismo rumbo?
Recientemente, el Reino Unido ha experimentado una ola preocupante de cancelaciones de festivales, alcanzando más de 60 eventos en 2024, según la Asociación de Festivales Independientes (AIF). Este fenómeno se atribuye a un aumento en los costos operativos, incertidumbres económicas y una crisis de crédito que ha dejado a muchos organizadores en una situación insostenible.
Desde 2019, casi 200 festivales han desaparecido en el Reino Unido (el 25% en el último año), lo que ha encendido alarmas en toda la industria del entretenimiento. Esta situación plantea una pregunta inevitable: ¿Estamos ante una burbuja de festivales que podría estallar también en otros países, como España? Aunque la pregunta se viene haciendo en el sector desde hace tiempo y parece no suceder, lo que está ocurriendo en Reino Unido es un importante aviso.
La escena de festivales en España ha crecido exponencialmente en la última década, convirtiéndose en un pilar fundamental del turismo y la cultura. Sin embargo, este crecimiento también podría llevar a una saturación del mercado, especialmente si consideramos que España enfrenta desafíos económicos similares a los del Reino Unido, como la inflación y el aumento de costos.
Un indicador preocupante proviene de un reciente estudio que muestra que solo el 44% de los fans de la música en el Reino Unido planean comprar entradas para festivales en 2024, un descenso significativo en comparación con años anteriores. Este comportamiento refleja una disminución en la confianza del consumidor y podría anticipar una tendencia similar en España si la incertidumbre económica continúa.
Además, es posible que otro factor esté exacerbando la situación: el aumento de giras internacionales así como las residencias de alcance masivo. Con más artistas globales optando por realizar grandes giras, muchos fans podrían estar eligiendo gastar su presupuesto en ver a estos artistas en lugar de asistir a múltiples festivales. Esta tendencia podría reducir aún más la demanda de entradas para festivales, creando una presión adicional sobre los organizadores y contribuyendo a la saturación del mercado.
Si bien España tiene una tradición fuerte de festivales y un clima favorable que permite una temporada longeva de festivales que además atrae a turistas internacionales, esto no la inmuniza de los riesgos que ya han comenzado a materializarse en el Reino Unido. La dependencia de patrocinadores y entidades públicas, el aumento de costes, la saturación de la oferta y la volatilidad del mercado podrían desencadenar un efecto dominó, especialmente si los consumidores empiezan a priorizar sus gastos debido a la incertidumbre económica y a la falta de poder adquisitivo.
Aunque no es seguro que España experimente un colapso en su industria de festivales, los indicios en el Reino Unido deben tomarse como una advertencia seria para el futuro de los festivales.