¿Son la innovación y los datos claves para el armado de una nueva industria musical en Latinoamérica?
Pensar en la idea de una “nueva industria musical” en Latinoamérica implica el desarrollo y la apropiación de términos y conceptos clave. Particularmente vengo reflexionando bastante alrededor de dos de ellos, la Innovación y los Datos.
Son numerosos los interrogantes en los que estos conceptos entran en juego, y sus apariciones son ineludibles cuando se trata del armado de una nueva manera de trabajar en la música. Si se parte desde lo más general, por ejemplo, es posible preguntarse ¿cuáles son las claves para el desarrollo de un proyecto de música hoy? Trabajar, entender nuevos procesos e interpretar la información son algunas de ellas. Si se hace foco en lo particular, aparecen cuestiones como ¿cuánto influyen los datos y el desarrollo digital por sobre el contenido artístico a la hora de desarrollar un proyecto? ¿se puede pensar la circulación de un proyecto musical basado en datos? Y así podríamos seguir. A la hora de elaborar posibles respuestas es indispensable tener en cuenta, además, la información contextual. En el caso latinoamericano, por ejemplo, la conectividad es cada vez más alta y el consumo digital crece mes a mes. El desarrollo de proyectos low cost supera ampliamente al de aquellos que disponen de mayor presupuesto: el máximo aprovechamiento de estos procesos y la lectura de la información potencian ampliamente la posibilidad de ser competitivos contra la falta, en muchos casos, de recursos económicos.
Pensamos y hablamos de innovación cuando un proceso es llevado adelante de una manera distinta a la establecida generalmente. La innovación que caracteriza a la música per se se ve potenciada, en este contexto histórico, por las infinitas opciones que surgen en cada etapa de su cadena de valor: las posibilidades para crear, desarrollar, distribuir, promocionar e incluso consumir son muchísimas más de las que imaginamos.
– Hoy vemos constantemente la búsqueda de innovación en las campañas de comunicación y marketing de los proyectos, las estrategias de comercialización y publicidad tradicionales se combinan con nuevas prácticas que permiten fortalecer un relato. Durante el último año más que nunca en Argentina vimos campañas relacionadas a lanzamientos de artistas independientes con anuncios en la vía pública para generar incógnita y un diálogo con las redes sociales. Los entrecruces discursivos y de soportes habilitan nuevas e impensadas formas de circulación. Ej. Zabo, Louta, Bambi.
– Las redes sociales entran a jugar un papel clave en la innovación de estrategias. Es el caso de Instagram, que se posiciona cada vez más como la plataforma que multiplica los recursos disponibles. Se vuelve más frecuente que los artistas complementen sus imaginarios sonoros con propuestas visuales específicas de esta red. Muchos de ellos, por ejemplo, ofrecen un filtro de Instagram, de manera oficial o generado por la misma comunidad. Esto lo podemos ver con artistas como CA7RIEL, Damas Gratis, Duki, Neo Pistea o también Anitta.
– También las nuevas prácticas en el contenido, desde nuevos diseños sonoros en 360°, a videoclips que simulan hackear nuestros celulares.
– Y sin dudas, una de las innovaciones más interesantes está ligada a la posibilidad de administrar y distribuir de otra manera la información y las regalías en el terreno digital. El Blockchain es quizás uno de los interrogantes más grandes en este tema y algo que creo va a ser fundamental en el desarrollo de la industria los próximos años.
– Los agregadores digitales se están resignificando todo el tiempo y la tarea de distribución digital de música es una entre muchas otras de las que hoy se ocupan. Esta “diversidad de acciones” muchas veces es la variable y el valor diferencial de cada modelo.
Éstos son sólo algunos de los ejemplos que nos permiten ilustrar los modos en que la búsqueda de nuevas prácticas ya forma parte de nuestra cotidianeidad.
Por el otro lado, los datos siempre fueron claves en la industria: cuando veíamos la entrega de un disco de Oro o de Platino, lo que presenciábamos era el mecanismo a través del cual la gran industria traducía el procesamiento de los datos en galardones fundamentados en las ventas en formato físico.
Hoy, lo digital y la disponibilidad de datos -sumados a las posibilidades crecientes de su procesamiento- hacen que el panorama sea sumamente interesante y que la información -o a veces, su ausencia- nos permita un análisis detallado del contexto:
– A nivel macro, por ejemplo: gracias los datos sabemos que el consumo de streaming de música independiente creció un 46% durante el último año, a la vez que dimensionamos el crecimiento del consumo de música vía streaming en Latinoamérica y que la colocan en la primera posición a nivel mundial en el último año (16.8%) IFPI Report.
– Las ticketeras y las plataformas para profesionales se diversifican. La lectura de datos y la innovación a la hora de la venta de tickets se convierten en aspectos fundamentales que inciden en la experiencia del show en vivo.
– Los datos hoy son los que sin duda ayudan a la “industria” a visibilizar y entender los cambios urgentes que necesitamos alrededor del cupo femenino en escenarios, como lo demuestran los informes de RUIDOSA ¿Cuántas mujeres tocan en festivales latinoamericanos hoy? (Chile), La presencia femenina en festivales brasileros (Brasil) y que se plasman luego en acciones concretas, como la Ley de Cupo Femenino en Festivales en Argentina.
– A nivel micro: existen datos que nos permiten medir la retención de audiencia de un track y su inclusión o funcionamiento en playlists, modalidades que ocupan un lugar protagónico en el consumo de música vía streaming. Chartmetric, por ejemplo, creó su propio índice algorítmico para medir el impacto digital de los proyectos musicales. Y estos insumos son claves para el desarrollo de artistas a nivel mundial.
“Tras más de 5 años desarrollando proyectos de consultoría digital para la industria de la música, empezamos a ver como las inversiones en marketing digital se están reconduciendo de la publicidad hacia el Business Intelligence. Una mayor comprensión de todos los datos que genera un consumidor alrededor de la música son clave para reducir las inversiones obteniendo igual o mayor eficiencia, así como una mejor comunicación directa a través del email marketing o plataformas de mensajería (ej: Whatsapp for business) y una mejora en los deals con marcas ya que reciben una mayor información de los usuarios y obtienen un ROI objetivo.”
Carles Martínez, IndustriaMusical.es
Esto es simplemente un disparador para pensar dónde nos ubicamos dentro de este nuevo contexto, sobretodo en Latinoamérica: debemos entender las prácticas que rodean y dinamizan esta nueva industria de la música, en donde reflexionar sobre la innovación implica, necesariamente, reformular lo establecido, y donde además, los datos, en este escenario, ya se posicionaron como una herramienta esencial a la hora de tomar decisiones para cualquier desarrollo.