La música es cada vez menos rentable para las plataformas de streaming

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Durante años, se supuso que el audio de alta fidelidad era la fórmula adecuada para aumentar los ingresos en las suscripciones de streaming: un producto de venta superior que tenía un precio más alto sin un aumento proporcional en los costos para la plataforma.

Pero el audio de alta fidelidad ahora parece ser una opción estándar para la mayoría de las plataformas de streaming, otra zanahoria para atraer a las personas a registrarse en lugar de un medio para segmentar a los consumidores según su disposición a pagar, según explica el analista Glenn Peoples.

Eso significa que la música con licencia de sellos discográficos y distribuidores no brinda un camino hacia mejores márgenes para las plataformas. Spotify espera que sus márgenes de música lleguen al 30% y eventualmente al 35%, frente al margen del 28,1 % que informó para 2021.

Esto significa que veremos más ejemplos de servicios de streaming buscando ampliar sus márgenes fuera de sus productos principales. El 20 de septiembre, Spotify, que adquirió el distribuidor de audiolibros Findaway en junio, lanzó ventas de audiolibros a la carta, poniéndolo directamente en competencia con Audible, propiedad de Amazon.

Una movida lógica, pues Spotify obtiene un margen del 60% por las ventas de audiolibros en su plataforma: el doble del margen que obtiene por la reproducción de música.

Spotify ya ha dado un gran impulso a los podcasts en busca de mejores márgenes. Los podcasts han sido una pérdida de dinero con un margen bruto de -57% pero tienen potencial a escala. En una presentación para inversionistas el 8 de junio, el director financiero de Spotify, Paul Vogel, dijo que los márgenes de los podcasts podrían alcanzar entre un 40% y un 50% en el futuro.

Ajustarse el cinturón podría ayudar a llegar allí: el 7 de octubre se conoció la noticia de que Spotify despidió a «al menos» 38 empleados y cerrará 11 podcasts creados por Gimlet y Parcast, dos estudios de contenido que Spotify adquirió en 2019 por un monto combinado de $286 millones.

También en busca de mejores márgenes, la plataforma de streaming francesa Deezer está planeando un nuevo producto llamado Zen by Deezer, que ofrece «relajación musical exclusiva, sonidos, consejos de expertos y ejercicios guiados», según la presentación de la compañía para inversores del 4 de octubre.

Es una extensión de producto sensata dada la explosión de aplicaciones para la meditación, el yoga, el sueño y la salud mental. A raíz de COVID-19, McKinsey calculó el tamaño de la industria mundial del bienestar en la asombrosa cifra de 1,5 billones de dólares.

Cuando Zen by Deezer esté funcionando a escala, Deezer cree que los costos de su contenido representarán alrededor del 10% de los ingresos. Eso se compara con aproximadamente el 70% de un servicio de streaming estándar que paga licencias a sellos discográficos, editoriales de música y sociedades de gestión.

En otros lugares, la música es cada vez más un medio para enganchar a los clientes antes de ofrecerles otro producto. Anghami, con sede en Abu Dhabi, busca diversificarse a través de podcasts, contenido de marca y conciertos en vivo. En junio, compró Spotlight Events, una empresa de conciertos con sede en la región de Medio Oriente y África del Norte.

Tencent Music Entertainment, la plataforma de música más grande de China, también hizo un esfuerzo concertado en el audio hablado cuando adquirió el distribuidor de audiolibros Lazy Audio en 2021. TME también tiene un negocio de podcasts en crecimiento.

Existe una creencia cada vez mayor de que una suscripción de música es una utilidad básica, como Internet, gas o agua, que la mayoría de la gente llevará consigo continuamente. Eso brinda a los servicios de streaming una relación de facturación continua con cientos de millones de clientes y la oportunidad de obtener mejores márgenes ofreciéndoles algo que no sea música.

Es notable el hecho de que este análisis no incluye a dos de las plataformas más importantes en la industria del streaming: Apple Music y Amazon Music, pues son servicios de streaming respaldados por dos de las empresas tecnológicas con más flujo de caja del planeta. Para estos servicios obtener márgenes mínimos sobre sus negocios de streaming no representan la diferencia entre seguir operativo o desaparecer.