¿Nos acercamos a la fragmentación en el streaming de música?

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En el más reciente informe de la IFPI, los directivos de las discográficas multinacionales hicieron referencia al actual panorama del streaming, cuyo status quo ha estado evolucionando en los últimos años, en detrimento de los ingresos provenientes de esta fuente, y en consecuencia, de las cuotas de mercado de estas grandes compañías.

Específicamente se refieren tanto al significativo volumen de nuevas canciones que se suben diariamente a las plataformas, así como al hecho de que en el reparto de regalías, se aplica la misma tasa tanto a canciones de superestrellas como Drake, como a tracks de música ambiental, (que en algunos casos, han sido creados con inteligencia artificial) o de ruido blanco para dormir.

Sir Lucian Grainge, CEO de Universal, pidió a la industria musical que se centre en construir «un ambiente en el que la buena música no sea ahogada por un océano de ruido». Rob Stringer de Sony, comprometido con la producción de «alta calidad», anima a sus colegas en la industria musical a mantenerse «vigilantes contra cualquier carrera hacia el fondo ofrecida a los consumidores».

Durante SXSW 2023, Rob Jonas, CEO de la empresa de datos e información del entretenimiento Luminate, ofreció una presentación en la que mencionaba las decenas de millones de canciones que actualmente se encuentran en plataformas de streaming de música y que no logran atraer ni una sola reproducción.

Pero también mencionó que entre el 1 de septiembre y el 18 de octubre de 2022, se distribuyó un promedio de 98,500 archivos de música separados (monitoreados a través de códigos ISRC separados) diariamente en servicios de streaming de audio y/o video, corroborando la estimación de Grainge y Steve Cooper (Warner) el año pasado de que se estaban subiendo alrededor de 100.000 canciones diarias a las plataformas.

Los datos presentados por Jonas, también revelan que sólo el 4% de esos 98,500 tracks promedio diarios fue distribuido por las tres principales compañías y/o sus subsidiarias y afiliadas. En contraste, el 96% de las 98,500 canciones fueron distribuidas por compañías fuera de «las tres grandes».

Eso es una gota en el océano en comparación con las 94,500 canciones que están siendo lanzadas por «no principales», es decir, sellos independientes y, principalmente, por artistas que se autoeditan/DIY a través de plataformas como DistroKid, TuneCore, CD Baby y UnitedMasters.

A raiz de esto, concluye MBW, podemos esperar que las principales compañías discográficas continúen «ampliando la red» en un intento de frenar el daño en la cuota de mercado de esta tendencia e incrementar la amplitud de sus negocios de distribución de artistas e independientes.

Además, podemos esperar ver la continuación de una campaña liderada por Sir Lucian Grainge para la adopción de modelos de regalías «centrados en el artista» en los servicios de streaming, con el objetivo de dificultar financieramente lo que Grainge llama «música funcional de baja calidad».

Estas acciones son una clara respuesta a las estrategias de Spotify, la plataforma líder en el mercado del streaming, y que cada vez expande más su alcance para convertirse en una plataforma de audio, lo cual ha diluído las cuotas de mercado e influencia de las discográficas principales.

¿Veremos en el futuro una fragmentación de los contenidos ofrecidos por los servicios de streaming de música, similar al streaming de video? Actualmente todas las plataformas de streaming ofrecen la misma música, pero esto fácilmente puede cambiar si una discográfica decide que su catálogo no está siendo valorado justamente.

¿Veremos un servicio de streaming ofreciendo sólo música de las tres multinacionales? Ciertamente si Warner y Sony (y quizás Merlin), se uniesen a Universal en su cruzada por crear un sistema que diese más valor a la música creada por artistas, esto significaría una gran pérdida de usuarios para Spotify y otras plataformas, sin embargo Universal ya está conversando con las únicas otras dos plataformas que no pertenecen a un gigante tecnológico, por lo que no es ilógico pensar en una potencial adquisición.