Una mirada a lo más relevante de la música chilena y su industria

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Gepe y Javiera Mena música pop chileno
De izquierda a derecha: Javiera Mena y Gepe

 

Grandes festivales para formación de audiencias y la gestión colectiva ha favorecido el desarrollo de la más reciente música chilena, alternativa e independiente. Y el denominado Nuevo Pop Chileno (Gepe, Javiera Mena- en la foto) cumple 10 años en un momento que visualiza su consolidación con salas de conciertos llenas y mayor difusión en radios del país y el exterior.

Gracias a la producción de grandes y pequeños festivales así como el apoyo financiero del Estado a través de fondos concursables y la participación de algunas marcas privadas (Ballentines, Corona, Converse) la música chilena atraviesa un momento de pleno desarrollo entre el reconocimiento local y la exportación. Sin grandes sellos produciendo artistas locales son las etiquetas independientes, campañas crowdfunding y FONDART (Fondo de cultura estatal) las que lideran la producción de discos, así como el trabajo colectivo y agencias de booking  hasta la visión de periodistas y productores ha enfocado lo que se denominado como «Nuevo Pop Chileno» un movimiento generacional de proyectos que nacieron desde la completa independencia y colgando demos a Myspace.

El portal especializado en música independiente Super45 y su concurso de demos viralizó lo que fue el debut de Gepe en el 2004, uno de los nombres más consolidados hoy en Chile y figura en ascenso para América Latina. Un desarrollo apoyado por el sello QuemasuCabeza e iniciativas como el festival EIMA (intercambio con Francia) y Neutral del que también quedó un disco compilatorio (2005) que incluyó el primer tema oficial de dos figuras de avanzada; Javiera Mena y Gepe. Diez años después el trabajo hoy funciona más profesionalmente y cuenta con varios créditos a su haber.

Y a pesar de la hiperconectividad del mercado chileno, la radio FM sigue siendo el principal medio para la música por lo que la nueva ley de difusión que exige un 20% como mínimo en la programación musical (sea de artistas locales) de las emisoras busca apoyar la sensación de éxito de lo que se publica en la prensa escrita. Aunque por ahora la mayoría de las radios opta por éxitos probados y son contados los artistas en desarrollo que suenan.

Los discos se venden digitalmente a través del Portaldisc y CD´s en pequeñas tiendas especializadas, desaparecieron las grandes cadenas y un disco muy exitoso no podría proyectar a superar las 10 mil unidades. La distribución y acceso sigue siendo muy especializado por lo tanto ajeno a las masas que si compran en supermercados fenómenos como Adele y Violetta.

Pero la producción de grandes festivales como Lollapalooza, Primavera Fauna y Frontera ha permitido una mayor visibilidad a las figuras más promisorias de la actual música chilena. Desde la rapera Ana Tijoux al electropop de Dënver, Alex Anwandter, Astro o el rock experimental de Camila Moreno, Pedro Piedra, Manuel García, el folk de Fernando Milagros y Yael Meyer, el pop de Francisca Valenzuela y el hip-hop de Como Asesinar a Felipes, o el Pop de Gepe y Javiera Mena han participado con protagonismo en estos eventos. Así como también en festivales como LAMC de Nueva York, Primavera Sound en España,  SXSW (USA) y Vive Latino de México.

Un apoyo importante es el Fondo de la Música que los grupos usan para viajar fuera de Chile a través del una postulación concursable anual (FONDART) para hacer giras al extranjero y también la «ventanilla abierta» que asigna hasta 6 mil dólares para apoyar viajes fuera del país.

Además la SCD (Sociedad del Derecho de Autor) realiza anualmente la feria Pulsar convocando a la industria local de sellos, agencias, grupos y entornos, este año en su sexta edición. Y el Consejo de la Música (CNCA) organiza Amplifica una conferencia de mercado musical con exponentes internacionales.

Uno de los invitados en ambas citas ha sido Tomás Cookman fundador del sello de música latina en Estados Unidos Nacional Records, discográfica clave para la salida internacional de Ana Tijoux, Astro, Bitman, DJ Raff y Alex Anwandter. Gracias a ese trabajo la rapera Ana Tijoux se convirtió en la primera figura chilena en ingresar al ranking Billboard después de Myriam Hernández y Beto Cuevas (La Ley) y ha sido nominada consecutivamente con sus últimos 3 discos a los premios Grammy además de crónicas en los principales medios y presencia en grandes festivales norteamericanos.

Por su parte, la figura del productor musical Cristian Heyne es ineludible en la música chilena en los últimos años. Su trabajo en la producción de los discos de Javiera Mena, Gepe, Astro, Alex Anwandter, Fernando Milagros entre otros avala su labor como curador en el desarrollo de esta generación de pop chileno. Lo más reciente que produjo es el dúo Marineros que entró directo a las radios.

En paralelo escenas alternativas como el reggae, punk, metal y rap tiene una completa vida fuera de los grandes medios. La relación de la televisión con música chilena es casi nula, la radio es a medias y la prensa escrita se limita a las modas y pequeñas tendencias.

Aunque una de las ventajas que tiene la actual generación de bandas es la amplia oferta de locales para tocar en vivo, aunque con condiciones dispares, la capital Santiago dispone de una veintena de salas que van de los 100 a los 1.000 asistentes. El conflicto es que no todos saben ni pueden llenarlos. Y son contados los nombres locales que pueden hacer recintos mayores con capacidad para 5 mil a 15 mil personas. Para regiones es más limitado, pero hay algunos puntos más consolidados en grandes ciudades con escenas formadas.

Hasta ahora todo apunta hacia la consolidación del panorama.