Se estima que regalías mecánicas sin asignar ascienden a $1.000 millones

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La Oficina de Derechos de Autor de EEUU está evaluando si The Mechanical Licensing Collective (The MLC) debe continuar administrando la licencia obligatoria utilizada por los servicios de música digital en ese país, que regula cómo los compositores y editoriales de música reciben pagos cuando su música se reproduce en streaming. Esta revisión ha planteado importantes preguntas sobre la existencia misma de la licencia obligatoria y la eficacia de The MLC en resolver problemas de larga data en la industria musical.

¿Debería Existir una Licencia Obligatoria?

George Johnson, un compositor activista, ha cuestionado la relevancia de la licencia obligatoria estadounidense, que data de 1909 y fue diseñada originalmente para la venta de rollos de piano. Johnson argumenta que las tarifas pagadas a los compositores deberían negociarse en el mercado libre y no ser establecidas por el Congreso y un panel de jueces. Este enfoque, sostiene, está obsoleto y no se ajusta a las necesidades modernas de la industria musical, dominada por grandes corporaciones y plataformas digitales.

La Asociación Nacional de Editoriales de Música de EEUU también ha pedido cambios, sugiriendo que las editoriales deberían poder optar por no participar en la licencia obligatoria y negociar directamente con los servicios digitales. Sin embargo, esta propuesta aún permitiría a los servicios digitales usar la licencia obligatoria para canciones cuyos propietarios no han sido identificados, perpetuando el problema de la «caja negra».

¿Qué es la Caja Negra?

Desde que entró en vigencia la Ley de Modernización de la Música de 2018, The MLC es responsable de gestionar las regalías mecánicas de las ‘canciones no emparejadas’, conocidas como ingresos de caja negra. A pesar de los esfuerzos de The MLC para emparejar la mayor cantidad posible de canciones, todavía hay críticas significativas sobre su eficacia. La compañía WordCollections, por ejemplo, estima que The MLC tiene cerca de $1 mil millones en dinero de caja negra, acumulados en solo tres años, lo que supera el total de los 15 años anteriores.

Este problema se agrava porque el dinero acumulado en la caja negra a menudo se distribuye en base a la cuota de mercado, lo que algunos compositores consideran injusto. Argumentan que las grandes editoriales tienen mejores sistemas para reclamar dinero, por lo que la distribución basada en cuota de mercado podría desviar fondos de los compositores a los editoriales.

La transparencia en la distribución de la caja negra es crucial. Aún no se han realizado distribuciones basadas en la cuota de mercado, y The MLC se centra en emparejar usos en lugar de distribuir esos fondos. No obstante, la organización Music Creators Of North America (MCNA) ha enfatizado la necesidad de transparencia genuina para asegurar la equidad en estas decisiones.

Además, hay preocupación sobre cómo The MLC está invirtiendo el dinero no emparejado. El Artist Rights Institute cuestiona la legalidad y transparencia del programa de inversión de The MLC, argumentando que no se ha divulgado suficiente información sobre cómo se están manejando estos fondos.

¿Qué depara el futuro para el MLC?

Dada la complejidad de nombrar una nueva organización, es probable que la Oficina de Derechos de Autor decida que The MLC continúe administrando la licencia obligatoria. Sin embargo, algunos sugieren que esta re-designación debería depender del cumplimiento de ciertos objetivos de rendimiento. El abogado Chris Castle, en representación de varios compositores, sostiene que la Oficina de Derechos de Autor debería establecer metas claras para The MLC, incentivando un cambio positivo y asegurando que la organización cumpla con las expectativas de la industria.