El «catálogo superficial» es la música de más rápido crecimiento en streaming

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Recientemtente se ha estado hablando de cómo la participación de la música “nueva” en el consumo total se ha desplomado. O, dicho de otro modo, la participación del catálogo en el consumo total se ha disparado. La participación del consumo de catálogo alcanzó el 74% en 2021 y se situó en alrededor del 73% el año pasado. Esa cifra fue solo del 66% en 2020 y más baja en los años anteriores.

Luminate, el principal proveedor de datos de la industria de la música, considera que cualquier música con más de 18 meses de antigüedad ya es considerada de catálogo.  Sin embargo muchos en la industria consideran esta definición anacrónica, pues basta con ver algunos ejemplos de canciones que ya serían consideradas en este renglón, como Blinding Lights y Save Your Tears de The Weeknd, la primera de las cuales es la canción más reproducida de todos los tiempos en Spotify. Otro hit que ya es de catálogo es Heat Waves de Glass Animals o Levitating de Dua Lipa.

Se supone que la avalancha incesante de nueva música que se sube a los servicios de streaming cada día crea un sesgo hacia lo nuevo. Sin embargo, el consumo de los usuarios parecer ir en la dirección opuesta. Esta tendencia ha llevado a algunos escritores musicales a declarar que el catálogo está acabando con la música actual.

Una exploración inicial de los datos podría corroborar lo anterior. La creciente participación de catálogo en el consumo se produce a expensas de la música actual, y el consumo total de música actual ha dejado de crecer en los últimos dos años, según un análisis de Bloomberg.

Esta interpretación ignora un cambio demográfico clave; los jóvenes fueron los primeros en adoptar el streaming. En 2015, alrededor del 23% de los estadounidenses entre 12 y 24 años usaban Spotify, mientras que solo el 1% de las personas mayores de 55 años lo hacían, según Edison Research.

Los jóvenes escuchan más música nueva que las personas mayores, que tienden a apegarse a lo que les es familiar. Cuando las personas mayores de 50 años comenzaron a usar Spotify y Apple Music, aumentaron los números para la música más antigua. Esto no es tanto un cambio en lo que la gente escucha, sino un cambio en la forma. Refleja a los oyentes mayores que pasan de los CD y las descargas digitales al streaming.

Pero esos cambios demográficos solo explican parte del aumento del catálogo. La gran mayoría del crecimiento en la escucha del catálogo proviene de canciones como Cold Heart o Watermelon Sugar de Harry Styles, lo que la industria llama catálogo superficial, según Kevin Gore de Warner Music Group. “Lo que se pierde en la falta de detalles es cómo el catálogo más reciente alimenta esa tendencia”, dijo.

Las canciones exitosas permanecen en las listas más tiempo que nunca, lo que obliga a la industria a ajustar la forma en que define el catálogo.

La buena noticia para personas como Gore, que supervisa el catálogo de Warner, es que el cambio al streaming ha reducido la barrera para que las personas encuentren y accedan a canciones más antiguas. Ya no necesitan ir a comprar un CD o LP lanzado hace tres o 15 o 30 años, si por ejemplo quieren escuchar Running Up that Hill de Kate Bush, solo necesitan el streaming. 

También hemos visto que esta tendencia se traduce en grandes ventas de catálogos de música en los últimos años. Hay muchos factores para eso, incluido un aumento más amplio en el valor de los derechos de la música y el afán de los inversores por encontrar activos estables que no estén correlacionados con la economía en general.