Nueva definición de catálogo es liderada por BMG

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El negocio de la música siempre se ha centrado en lo nuevo, invirtiendo la mayoría de sus recursos en descubrir, desarrollar y lanzar nuevos artistas. Sin embargo, el valor del catálogo se hizo más evidente en la década de 1980, cuando los fanáticos reemplazaron sus álbumes favoritos de vinilo por CDs, y el material más antiguo se convirtió en un negocio en auge, con las principales discográficas desarrollando divisiones de catálogo como Rhino de Warner y Legacy de Sony, que se centraban en relanzar y empaquetar material antiguo, a menudo en lujosos box sets.

La popularidad continua de grabaciones antiguas solo ha crecido en las últimas cuatro décadas, desde su uso ubicuo en películas, televisión y publicidad hasta éxitos inesperados en TikTok, como el resurgimiento orgánico de «Dreams» de Fleetwood Mac en la plataforma el año pasado, o el estratosférico ascenso de «Running Up that Hill» the Kate Bush gracias a su sincronización en Stranger Things.

El negocio está tan enfocado en lo nuevo que los lanzamientos de más de 18 meses se consideran catálogo, y los que tienen varios años se clasifican como «catálogo profundo». Muchos han sentido que estas distinciones se han vuelto cada vez más desactualizadas a medida que el streaming ha nivelado el campo de juego de la categorización musical.

Pues esto podría estar a punto de cambiar, ahora que BMG ha anunciado que «abandonará la distinción obsoleta de la industria» entre obras consideradas de catálogo (publicadas hace 18 meses o más) y los lanzamientos más recientes de «primera línea». La subsidiaria de Bertelsmann reveló planes para «integrar sus negocios de grabaciones de nuevos lanzamientos y catálogo» a través de un comunicado formal.

A pesar del considerable número de nuevas pistas que se suben a diario, los datos han reflejado durante mucho tiempo la prevalencia de la música del catálogo, que supuestamente representa alrededor del 70 por ciento del consumo en los Estados Unidos.

Y es en este contexto que varias empresas han vertido sumas sustanciales en la propiedad intelectual de la música en los últimos años; BMG, en colaboración con Pimco y KKR, invirtió más de $400 millones solo en derechos de canciones durante el 2022, según el informe de ganancias de su casa matriz. Además, la entidad finalizó acuerdos el año pasado con artistas como Haddaway, intérprete de «What Is Love«, Peter Frampton, cantante y compositor de «Show Me the Way», y John Legend, por nombrar algunos.

Teniendo en cuenta estos puntos, BMG dice que se ha «convertido en la primera compañía musical global en abandonar» el sistema de clasificación existente y comenzar a agrupar las grabaciones de catálogo y de primera línea en una única unidad.

De inmediato, el catálogo grabado de la empresa con sede en Berlín «se informará localmente según su país de origen», mientras que el EVP de Repertorio Global, Fred Casimir, supervisará a un equipo de aproximadamente 90 personas y se encargará de la presentación de informes mundiales del lado del catálogo «para todas las ventas fuera del territorio propietario». BMG enfatizó que esta es «exactamente la misma estructura» que se utiliza «para las nuevas grabaciones de llamadas ‘de primera línea'».

En una carta interna enviada a los empleados, el CEO saliente de BMG, Hartwig Masuch, destacó las implicaciones de responsabilidad ejecutiva del cambio, que potencialmente podrían extenderse a otras compañías de música en el futuro.

Y en sus propios comentarios, Casimir transmitió: «No hay gran secreto para el éxito de BMG. Se trata de envolvernos alrededor de las necesidades de los artistas y ajustarnos a las realidades del mundo del streaming. Los catálogos musicales exitosos merecen el mismo esfuerzo, compromiso y pasión que las nuevas grabaciones. Estoy encantado de asumir la responsabilidad de marketing del catálogo grabado de BMG».